Atapuerca: una excavación adaptada al coronavirus


Nuevos andamios en la Gran Dolina de Atapuerca @EudaldCarbonell

ROSA M. TRISTÁN

Atapuerca no está dispuesta a rendirse al COVID-19. «Los que estudiamos evolución humana sabemos que la clave es adaptarse para sobrevivir, así que nos hemos adaptado a la nueva realidad y Atapuerca no para». Así de claro lo tiene Eudald Carbonell, codirector de las excavaciones que un año más van a desarrollarse en la famosa sierra burgalesa. Son ya 43 años seguidos de excavaciones en un lugar emblemático que nos ha descubierto grandes momentos de nuestro pasado humano.

Bien es verdad que lo hará en condiciones especiales, con limitaciones que impone la ‘nueva normalidad’ y que hará que esta campaña recuerde a las de hace ya muchos años: en total 50 personas, todas españolas, cuando el año pasado participaron un total de 283 de 22 nacionalidades distintas. De hecho, sólo se trabajará en tres yacimientos: la Gran Dolina, Sima del Elefante, Cueva Fantasma, Sima de los Huesos y Galería de las Estatuas. En Cueva del Mirador,  La Galería, La Paredeja o El Penal esta campaña no se podrá trabajar. El equipo que trabaja en el río Arlanzón cribando los sedimentos, que dirige Gloria Cuenca, también estará activo, con unas cinco personas. Además, en vez de 45 días de trabajo serán 25: del 1 al 25 de julio.

En los que si se podrá, se tomarán medidas especiales de seguridad. Así, en cada yacimiento habrá entre cinco y siete personas como máximo (Gran Dolina es grande así que permite mantener las distancias) y la logística de cada uno de los tres yacimientos activos (comidas, transporte…) será independiente para evitar que haya concentración de personas en ningún momento dentro del complejo. «Estamos contentos de contar finalmente con la financiación de la Junta de Castilla y León que nos permite mantener la excavación y estamos haciendo ya muchos cambios», me explica Carbonell. Respecto a posibles prevenciones sanitarias, se ha recomendado a todos los que vayan este año a trabajar a las excavaciones que se hagan unos test de coronavirus, si bien es algo voluntario.

Los cambios en marcha es lo que han bautizado como «Tormenta metálica», porque se están cambiando algunos de los andamios que durante años han definido el paisaje de esta sierra habitada desde hace más de un millón de años por parientes humanos. En concreto, con el apoyo de la Consejería de Cultura y Turismo se ha colocado una estructura metálica de refuerzo en la cubierta del yacimiento de Gran Dolina, con una inversión de más de 50.000 euros.

También está previsto que se reanuden las visitas turísticas. «Confiamos en que se pueda volver a la normalidad totalmente en julio, así que quien quiera podrá venir a vernos, también con las medidas de seguridad correspondientes», explica el codirector del proyecto.

Por lo pronto, ya ha abierto sus puertas el Museo Nacional de Evolución Humana, en Burgos, y los paseos por la Trinchera de Ferrocarril se reanudarán una vez que  se levante el Estado de Alarma, ya superado el brote de una enfermedad humana que, por lo que se sabe hasta ahora, nunca antes en la historia de la especie había sido tan global.

 

Atapuerca, a las puertas de ‘abrir’ un Penal


 

Pisando sobre el futuro yacimiento de El Penal en Atapuerca. @RosaTristán

ROSA M. TRISTÁN

No hay visita a los yacimiento de Atapuerca que no traiga consigo una sorpresa… Este año, la planificación de la apertura de un nuevo yacimiento, que no es sino la continuación, al otro lado de la Trinchera del Ferrocarril, del espectacular de la Gran Dolina, una gran cueva de la sierra burgalesa que el tiempo rellenó de restos del pasado y que la vía de un partió por la mitad para dejar al descubierto lo que escondía. Ahora ya sabemos que había en el margen derecho, pero ¿Y al otro lado?

Por un camino entre encinas y hojas con forma de corazón, Eudald Carbonell, María Martinón-Torres y Jordi Rosell llegan al punto, casi enfrende de la Gran Dolina en la que tienen previsto comenzar a excavar la próxima campaña. «Nos esperan aquí muchas sorpresas, y mucho trabajo», les dice Carbonell, mientras les hago una foto, quien sabe si histórica, de esa primera visita a lugar del equipo que dirigirá los trabajos, este año inmerso en el nivel TD4 del yacimiento de enfrente sacando fósiles de hace casi un millón de años…

Palmira Saladié me muestra una de las estalagmitas de TD8, Gran Dolina de Atapuerca. @ROSA M. TRISTÁN

En realidad, ya queda poco para llegar a la base del TD4 . «La calidad de los huesos grandes que hay, es de los mejores sitios de Atapuerca. Este años seguimos sacando osos que venían a invernar a la cueva, rinocerontes, cérvidos (seguimos con el ataque de cuernos, muchos de desmogue) y también era una trampa natural. Sólo de cuernos hemos sacado seis o siete enteros», explica entre el ‘toc toc toc’ permanente de los martillos, entre otros el de Martinón-Torres. «Son seis metros de capas lo que llevamos excavado, pero ya nos queda poco, aunque aún puede haber sorpresas», comenta Jordi, quizás pensando en esa herramienta de piedra que encontraron en 2013.

Aprovecho para  preguntar a la directora del CENIEH por el sorprendente trabajo científico que afirma que hubo ‘Homo sapiens’ en Europa hace 210.000 años. «No creo que fuera una colonización, si acaso un individuo o pequeño grupo que salió de Africa con antelación, pero hasta hace unos 50.000 años no fue cuando la especie se extendió en el continente», explica, expresando dudas que comparten otros muchos colegas expertos en el tema. «Pero está publicado en Science Advance’, no podemos obviarlo», puntualiza.

Sobre sus cabezas, el panorama es este año increíblemente distinto. Donde hasta 2018 se veían decenas de cuadrículas y huesos surgiendo entre los sedimentos, ahora salen estalagmitas como hongos… El pasado año ya dijeron adiós a la capa TD10, que es la que habitaron los ‘Homo heidelbergensis’ de la Sima de los Huesos hace entre 500.000 y 200.000  años, y que tanta información ha proporcionado sobre su forma de vida y sus estrategias de caza. «El TD9 era un nivel pequeño que no tenía casi nada y ha sido fácil eliminarlo. Ahora en la parte superior del TD8 nos encontramos estalagmitas, pero estamos en un nivel que sabemos que tiene restos paleontológicos y cuando lleguemos más abajo, habra´mucho material»,  me dice Antonio Rodríguez, que se define como uno más de los ‘nómadas paleontólogos’ que cada año participa en las campañas en este baúl de fósiles de la sierra.

El hoyo de la Sima del Elefante, cada año más profundo. @Rosa M. Tristán

Debajo de los andamios de La Galería, otro de los yacimientos de la Trinchera, se ‘esconde’ Josep Maria Vergués, el arqueólogo experto en dataciones. Anda buscando hierro para determinar la datación exacta del yacimiento que en su día fue una trampa, un auténtico ‘paleo-supermercado’ para los humanos que rondaban estas tierras. «Mira esta zona más oscura. Creo que pueden ser niveles con materia orgánica», me dice.

Ya en La Galería, Isabel Cáceres, sigue al pie del cañón. Me lleva hasta el punto exacto en el que acaba de asomar un bifaz de piedra, que parece clavado en el suelo, con la punta hacia arriba. Es el cuarto a día de hoy de la campaña. «Si es que, claro, preferían llevarse la carne y dejar aquí las herramientas, que no tenían bolsillos donde guardarlas», comenta con meridiano sentido común. ¿Y qué más dejaban? Pues cotillas y cabezas, como las de los caballos que han encontrado no lejos de los bifaces.

Impresionante montaje en la Cueva Fantasma, donde esperan encontrarse neandertales. @Rosa M. Tristán

El cambio de panorama más espectacular, no obstante, me espera en Cueva Fantasma. Es espectacular el panorama con un gran techado que cubre lo que en su dia fue una caverna y hoy en un espacio donde el sol machaca las neuronas. Aún andan limpiando las zonas removidas, bajo la batuta de Josep Vallderdú y Ana Isabel Ortega. También aquí están encontrando restos de caballos para aburrir… «Parece que debía ser una galería con muchas bifurcaciones, no una sala grande, pero aún estamos comenzando el trabajo», me explican. El mirador que han hecho para que las visitas puedan asomarse al yacimiento es impresionante. Por un lado, vistas a toda la sierra y alrededores; por otro, al espacio que, quizás, un lejano día habitaron los neandertales de Atapuerca.

Con Eudald Carbonell, Marta Navazo y miembros del equipo en La Paredeja.

Como el año pasado no pude visitar Cueva Mayor, este año me acerco al Portalón, donde no dejan de aparecer restos del Neolítico, ya sea un molino primitivo, hogares, restos de adornos… Es uno de los lugares más frescos para excavar en un año que está siendo duro por el calor, y que sobrellevan con lo que llaman el ‘año hippy’, por aquello que fomentar el ‘buen rollo’ entre todo el equipo. Aún más fría y húmeda es la Sima de los Huesos donde no llegó, pero imagino al equipo de Juan Luis Arsuaga e Ignacio Martínez Mendizábal dándole al buril.

Sin tiempo para pasar por la Sima del Elefante, otro yacimiento a punto de llegar al final de su recorrido y donde se halló el resto humano más antiguo de Europa (el s.p.), Eudald Carbonell me acerca a conocer el más reciente, hasta que El Penal (o ‘Papillon’, que así quieren llamarle algunos) inicie su andadura. Es La Paredeja, que ya conocí el año pasado y que dirige Marta Navazo. En lo que va de campaña ya han encontrado 240 piezas de piedra elaboradas por neandertales. El equipo ansía que llegue el día en el que aparezcan restos fósiles, pero aún está por llegar..

 

 

 

 

 

 

El padre de ‘Lucy’, guía turístico en Atapuerca


Donald Johanson y Juan Luis Arsuaga, en el Museo de la Evolución Humana. |Rosa M. Tristán

Donald Johanson y Juan Luis Arsuaga, en el Museo de la Evolución Humana. |Rosa M. Tristán

ROSA M. TRISTÁN (Publicado en el Blog de la AECC (Asociación Española de Comunicación Científica)

«La mañana del 24 de noviembre de 1974, el investigador Donald Carl Johanson fue convencido por el estudiante Tom Gray para salir a buscar fósiles, abandonando el tedioso trabajo de organizar sus notas. Se encontraban en la región de Afar, al norte de Etiopía, y formaban parte de una expedición científica que buscaba fósiles de homínidos muy antiguos….Tras unas horas de búsqueda, Johanson encontró el primero de una serie de restos que acabarían componiendo el esqueleto más completo conocido hasta ahora de un homínido». Así relata el paleontólogo Ignacio Martínez, en su libro ‘El primate que quería volar», cómo el científico norteamericano se topó aquel día con ‘Lucy’, la primera ‘Australopithecus afarensis‘, una homínida que era más similar a un chimpancé que a nosotros, los ‘sapiens’, y que acabó convirtiendose en un icono de la Prehistoria humana de hace 3,5 millones de años.

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