‘Regalando’ fondos científicos a Alemania: «Que investiguen otros» 


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‘Regalando’ fondos científicos a Alemania: «Que investiguen otros»


Hay que buscar el dinero fuera de España, presentarse a proyecto europeos, porque aquí no hay dónde rascar». Este mensaje es el pan de cada día para miles de investigadores. Pero ahora se ha dado una vuelta de tuerca: hay quien consigue financiación europea para una investigación y tiene que regalarla a científicos alemanes porque las instituciones españolas no la quieren. Es la kafkiana situación que vive el físico catalán Javier Buceta, de 44 años, otro cerebro de los que se rifan en el extranjero y en España está al punto de decir adiós a este país.

Conoce el reparto de la ‘tarta’ científica del año


Una ‘tarta’ pequeña de la que alguno comerá un buen trozo, otros poco y, en general, incluso existe la posibilidad de que se la cercenen casi sin probar bocado, a no ser que paguen por adelantado. Este es el panorama que se presenta ante los investigadores que trabajan en el área de Ciencias de la Tierra y Recursos Hídricos, tras la preselección de los proyectos que este año serán financiados por la Secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación.

Museo Nacional de Ciencias Naturales | CSIC

Museo Nacional de Ciencias Naturales | CSIC

En total, se han aprobado 68 proyectos y subproyectos, de los 196 que fueron presentados. El gasto público será de 6.355.000 euros y los que más contentos están son los miembros del equipo de Atapuerca, que con 1.213.000 euros se llevan casi la quinta parte del total de la partida (un 19%). Hasta el viernes, día 7 de septiembre, estaban con el alma en vilo, pues este año de crisis tocaba renovar su financiación y no tenían todas consigo.

El varapalo más grande es el que han sufrido los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que presentó 28 proyectos y sólo le han aprobado una decena (casi un tercio): en total, 894.000 euros. En el Museo Nacional de Ciencias Naturales muchos se han llevado un buen disgusto.

Aunque, según me aseguran algunos científicos ‘afortunados’, los presupuestos fueron «muy muy» ajustados, lo cierto es que lo concedido es casi un 15% menor a lo pedido. «No se dónde vamos a aplica ese recorte»,me asegura un afectado, que prefiere el anonimato. Sólo 20 superan los 100.000 euros y hay alguno de 15.000, dinero con el que se tendrán que apañar para evaluar en la Universidad de Valencia el secuestro de CO2 en las huertas de la comunidad.

Pero lo más llamativo, si cabe, es que ese dinero quizás llegue o quizás no, porque en el Anexo  II, apartado B) referido al pago de las anualidades del la resolución deja claro que: «El pago de las anualidades estará condicionado a las disponibilidades presupuestarias» y en un país al borde de pedir un rescate no son palabras muy halagüeñas, precisamente.

Cartas contradictorias en el CSIC

Para terminar de rizar el rizo, el vicepresidente de Investigación del CSIC, Antonio Figueras, envío esta semana una carta a todos los investigadores señalándoles que se había superado la crisis de liquidez de julio y que pueden realizar los gastos de sus presupuestos, incluso señalando que su pago será prioritario. Pero al mismo tiempo, a los directores de cada centro ha enviado otra misiva diciéndoles que «la tesorería de los centros se reduce un 50%», según ha informado la gerencia de uno de ellos. Así que les conmina a dar prioridad a los proyectos que terminan este año a la hora de pagar…. y los demás que esperen sentados hasta que la situación «se normalice», algo que no tienen visos de ocurrir.

Y si alguno quiere ir a un congreso, a debatir con colegas o presentar resultados, o necesita viajar para que su proyecto pueda realizarse, debe adelantar la mitad de los gastos, que el CSIC sólo lo hará con la otra mitad. Vamos, que hay que invertir los ahorros, si se tienen, para poder seguir investigando.