Acorralados: 618 lobos muertos en España en 2017


ROSA M. TRISTÁN

INFOME COMPLETO: POR LA CONVIVENCIA DEL LOBO Y EL HOMBRE

Acorralados. Así nos muestran al lobo ibérico los datos del informe más exhaustivo y actualizado realizado hasta el momento. Sólo en 2017 han muerto en la España peninsular 618 ejemplares cazados, ahorcados, envenenados, atropellados… y a esa cifra hay que sumar las muertes naturales, que son muchas entre los ejemplares jóvenes. Se calcula que cada año mueren entre 500 y 680. Así que… ¿Qué viene el lobo? Más bien parece que el lobo es quien debiera aullar: ¿Vienen los humanos?

Los datos anteriores han sido recabados por la asociación Voluntariado Censo del Lobo Ibérico y el Observatorio de la Sostenibilidad tras muchos meses de trabajo documental recogido en el informe «Por la convivencia del hombre y el lobo«. Y nos pintan un panorama muy poco halagüeño para una especie salvaje y única que que hoy se caza legalmente en Castilla y León, Galicia y Cantabria, e ilegalmente en otras muchas. Sólo en Castilla y León se han documentado la muerte de 303 ejemplares por la acción humana. Con una mortalidad tan elevada, los expertos señalan que el número de bajas anuales está muy cerca a la tasa de reclutamiento de la especie, es decir, del número de individuos que se incorporarían anualmente a la población. En estas condiciones,  ¿cómo va a estar en expansión? Más bien, parece todo lo contrario: podemos quedaron sin lobos ibéricos si seguimos así.

El estudio nos ofrece el mapa más fidedigno de la presencia del lobo en la península, un mapa prácticamente en blanco al sur del Duero y en toda la zona este: ya no hay lobos en Soria, ni en Salamanca (una provincia fundamental para su paso al sur), ni en La Rioja, y es anecdótica en Ávila, Segovia, Soria, Guadalajara… También lo es en la sierra de Madrid, donde se calcula que hay entre 15 y 25 ejemplares. Donde si que está, este mismo mapa se ‘pinta’ de ‘incidentes’ (es decir, muertes premeditadas) en Zamora, o en menor medida en Asturias, pero que curiosamente está inmaculado en Galicia, por la sencilla razón de que pese a ser la segunda región de España con más lobos, no se facilitan los datos. Si en el último censo del MAPAMA, se estimaban algo menos de 300 manadas en toda España, con el 60% de ellos en Castilla y León y el 28% en Galicia, en este nuevo censo se considera que estas cifras están infladas porque el método utilizado para contabilizarlas no fue adecuado. «No se ha hecho el seguimiento que permita asegura que no contabilizan algunas dos o tres veces», señalaba el biólogo Raúl Estévez, uno de los autores del informe.

Ya en el sur, en Andalucía, no hay noticia alguna de que lo lobos se estén reproduciendo, sino avistamientos de algunos ejemplares aislados que no sin esfuerzo han logrado llegar a hábitats muy adecuados para ellos, como Sierra Morena o Cazorla. » Para que lleguen y se asienten antes deben estar bien implantados más al norte y la presión es demasiado grande», añadía Angel M. Sánchez, también biólogo y miembro del Observatorio, en la presentación.

A ello hay que sumar el problema de la escasa variabilidad genética que tiene la especie en la Península, fruto del ‘cuello de botella’ que hubo en los años 70, antes de que Félix Rodríguez de la Fuente consiguiera de dejara ser ser considerado como una alimaña. Aquello dejó a los lobos muy vulnerables frente a cualquier cambio ambiental. «Si no hay flujo de llegada de lobos desde Italia, al final desaparecerá, y hay que tener en cuenta que para llegar  tardan cinco o seis años, así que es triste que cuando lo logran, se les mate»,  denunciaba Estévez.

Frente a este panorama, conservar la especie pasaría, según las recomendaciones del informe, en primer lugar por suspender la caza, pero también por otras medidas como es potenciar el flujo genético con los lobos italianos creando corredores biológicos que unan zonas en las que hoy están aislados; un  mayor control de los perros salvajes, culpables, dicen, de muchos de los ataques que se les atribuye; una mejor conservación al sur del Duero de sus hábitats, una mayor transparencia informativa y mucha más investigación de la que hay.

Lo que no tienen cabida son gestiones como la de  Castilla y León, afirman, no sólo porque no solucionan los problemas de los ganaderos, sino que los incrementan:  «Lo que hacen al cazar ejemplares sin control es desestructurar a las manadas y cuando los lobos no cazan en grupos organizados van a lo más fácil, que es el ganado, en vez de buscar su alimento en especies salvajes como los jabalíes, que son su dieta preferida y que, por otro lado, causan daños en la agricultura», señalaba Sánchez, para recordar después que, más que las quejas de los ganaderos, lo que hay tras esta caza es un negocio: este año  se pagan unos 2.500 euros por lobo muerto.  «Nos quieren convencer de que es una especie invasora y exótica, pero es una especie ibérica», concluyeron los presentes.

Al final, todos los presentes se citaron para la manifestación del domingo, el 18 M, cuando por las calles de Madrid volverá a gritarse, como el año pasado: «Lobo vivo, lobo protegido».

Manifestación por el lobo en Madrid en marzo de 2017. @ROSA M. TRISTÁN

 

Pregunta: ¿Qué opinas de la caza en España?


 

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Cacería en Llanas de Cabrera, marzo de 2016. @DIARIO DE LEÓN

ROSA M. TRISTÁN  

Si hay un tema que levante ‘ampollas’ en España es el de la caza. En unas comunidades autónomas más que en otras, léase Castilla-La Mancha, pero en general en todas. Por ello, la decana de las organizaciones conservacionistas del país, SEO/BirdLife, ha lanzado una encuesta (lo denomina proceso participativo) para poder fijar una posición en torno a esta actividad directamente relacionada con la protección de la naturaleza, proceso al que invita a participar a toda la ciudadanía en una primera fase, y que también a sus muchos miles de socios. Para participar basta con rellenar este CUESTIONARIO.

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Ley de caza de Cospedal para el gran negocio de pegar tiros


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ROSA M. TRISTÁN

Cazadores y ecologistas juntos, discrepando en algunas cuestiones, pero unidos en un mismo frente: pelear para que la Ley de Caza aprobada por el Gobierno de Castilla-La Mancha, y su presidenta María Dolores de Cospedal, acabe en la papelera. «Innecesaria», «insostenible», «mejorable» y «retrógrada» son los adjetivos con los que la calificaron los participantes en la mesa redonda «¿Es sostenible el modelo de caza que se pretende impulsar?», que organizó en Toledo el Foro Ambiental de la región, y en la que tuve el privilegio de participar como moderadora.

Eduardo Coca Vita, Carlos Cano, yo misma, Manuel Alonso Wert y Miguel A. Hernández, en el debate.

Eduardo Coca Vita, Carlos Cano, yo misma, Manuel Alonso Wert y Miguel A. Hernández, en el debate.

Y la verdad es que la tarea resultó menos compleja de lo que parecía, pues todos coincidieron en destacar cómo esta normativa, para la que ya ha acabado la presentación de alegaciones, es puramente «desarrollista, economicista y antideportiva», y todos criticaron que desde el Gobierno de Cospedal, quieran ‘vender’ que ayuda a los cazadores tradicionales y protege a las especies cinegéticas, cuando justamente hace lo contrario.

«Cazar no es masacrar animales, no es ponerlos contra la valla para matarlos. Cazar no es soltarlos, después de criarlos en granjas, en cotos de caza mayor a donde van aquellos a los que no les gusta la caza auténtica pero que paga mucho dinero para matar cuantos más mejor. Esta ley fomenta ese tipo de caza, con vallados interiores en los que están atrapados, donde no cuenta el bienestar animal, con cotos ridículos de 250 hectáreas; es una barbaridad», apuntaba Eduardo Coca Vita, cazador y conocido escritor cinegético. «Que encima permita hasta tirar de noche o desde el vehículo es una brutalidad», añadía Coca Vita.

Así se caza en un coto de Castilla-La Mancha. |Eldiario.es

Así se caza en un coto de Castilla-La Mancha. |Eldiario.es

Sus argumentos eran muy similares a los de Manuel Alonso Wert, presidente de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza, que agrupa a unos 100.000 de los 800.000 cazadores que hay en España, pero casi todos en pequeñas asociaciones rurales que están muy alejadas de los cotos que, según el Gobierno de Cospedal, generarán tanto empleo y tanta riqueza… «Pero si en esa caza de gran coto que se quiere fomentar, casi todo lo que se mueve es dinero negro, pero si genera trabajo para unos pocos, y casi siempre irregular», denunciaba Wert. «Para redactar esta ley, que los cazadores tradicionales no hemos pedido, sólo han contado con los grandes propietarios, y la Federación de Caza, que les sigue el juego», denunciaban los presentes en el debate.

Carlos Cano, de WWF, que se reconocía cazador en Cuenca, hizo hicanpìé en que, sin beneficiar a los cazadores, si que afectará a especies autóctonas, como la perdiz roja, ya bastantes tocadas: «Es insostenible porque dañará el medio natural. Cuanto más vallas, más enfermedades entre los animales y menos diversidad genética», argumentó.

Vallado en el coto de caza de Alberto Cortina dentro del Parque Nacional de Cabañeros, denunciada por Ecologistas en Acción .

Vallado en el coto de caza de Alberto Cortina dentro del Parque Nacional de Cabañeros, denunciada por Ecologistas en Acción .

Y tampoco escatimó críticas Miguel Ángel Hernández Soria, de Ecologistas en Acción y miembro del Foro Ambiental de Castilla-La Mancha, que fue quien convocó la cita y para quien «el colmo es que esa caza comercial se  subvencione», lo que tiene aún más delito en una comunidad que lideró los recortes en Educación. Y denunció que no es de recibo que «la Ley cuide más de los cazadores que de las personas que van por el campo cuando otros cazan».

Pero era un debate, y como no podía ser menos también hubo puntos de fricción, sobre todo en lo referente al asesinato de perros  y gatos domésticos, que autoriza la nueva Ley si molestan a los animales cinegéticos, un asunto que Hernández Soria y algunos agentes forestales presentes consideraron una barbaridad («Habría que cogerlos vivos, y comprobar si llevan chip y tienen dueño, porque ahora cualquiera puede decir que molestaban y con esa excusa cargárselos»), pero que para los cazadores presentes eran críticas «exageradas».

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Tampoco hubo acuerdo sobre si es insuficiente o no la señalización de los días de caza y respecto al hecho de que se considere «falta grave» molestar a un cazador cuando está en plena actividad; es decir, que un paseante que recoge setas puede ser multado hasta con 30.000 euros si le espanta una pieza. Y, sin embargo, cuando un cazador con permiso para matar 100 ciervos, mata 128 es multado con 600 euros (confirmado con el agente forestal que denunció el caso), que viene a ser bastante menos de lo que saca vendiendo la carne. «Bueno, es que nosotros vamos a cazar un día, y para pasear hay muchos otros días», se defendía el presidente de la Unión, Manuel Alonso Wert quien, por cierto, no tiene nada que ver con el ministro.

Lazo denunciado por agentes forestales de Toledo. Estrangulan a los animales.

Lazo denunciado por agentes forestales de Toledo. Estrangulan a los animales.

Ahora bien, las sanciones para las irregularidades de los que cazan, o de quienes manejan el negocio, siguen siendo bajísimas. Así que ya pueden seguir poniendo lazos ilegales como el de la foto, que me proporcionó AEAFMA (Asociación Española de Agentes Forestales y Ambientales) y seguir estrangulando lo que llaman «alimañas» y yo llamo zorros, tejones e incluso linces… Porque da la brutal casualidad que en los últimos meses han muerto cuatro linces en Castilla-La Mancha, de los ocho que llevaron desde Doñana este verano (del programa de cría en cautividad del lince que tanto dinero cuesta). Cospedal los soltó, como se ve en la foto  y en el vídeo de abajo, y en pocos meses uno cayó en uno de esos lazos mortíferos, otro envenenado, otro tiroteado y uno más de un golpe en la cabeza.

 

 

Menos mal que la Ley no impide pasear por los caminos públicos cuando hay cacería (que Cospedal lo pretendía, pero una enmienda echó atrás esa posibilidad), aunque los propios cazadores reconocen que «no recomendarían» a su familia ir de paseo al campo por un camino cuando hay tiros «que luego hay accidentes». Para colmo de males, como senderista aficionada nadie me lo puso fácil para averiguar en qué lugares de la comunidad castellano-manchega se van a poner a dar tiros en cualquier momento. No sólo por si molesto y me multan, sino porque para salvaguardar mi seguridad personal (pues hasta un chiquillo de 14 años puede ‘hacer prácticas’ con la escopeta, dice la Ley) me están obligando a renunciar a ejercer mi derecho fundamental a salir al campo a caminar, o a pedalear, para disfrutar de la fauna viva.

Ah, que no, que solo puedo hacerlo para matarla.

 

 

 

 

 

Niños y elefantes, sin derecho a la vida ni a la libertad


Tres crías de elefantes,  masacrads por el marfil en Congo. |Nuria Ortega

Tres crías de elefantes, masacradas por el marfil en Congo. |Pablo Schapira

ROSA M. TRISTÁN

Cuando hace unas semanas ví a Luis Arranz en Documentos TV, recordé la última vez que nos vimos, en la primavera pasada, durante una visita a Madrid. Luis, biólogo, es el director del Parque Nacional de Garamba, en República Democrática del Congo, el único español con tan grande responsabilidad en el continente africano. Viajaba camino de Bruselas cuando se acercó a traerme unas impactantes fotos de elefantes masacrados al que entoces era mi puesto de trabajo. Imágenes  de unos pocos de los 25.000 que se calcula que son abatidos cada año en África para comerciar con su marfil, según los datos de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro, Fauna Salvaje y Flora (CITES) que el 3 de marzo ha comenzado en Bangkok.

Uno de los niños huidos de Kony en Congo, rescatado en Garamba.

Uno de los niños huidos de Kony en Congo, rescatado en Garamba.|Nuria Ortega

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