Starmus: de Davos a la Luna con las misiones Apolo


Michel Mayer, Jean-Michel Jarre y Garik Israelian, presentando Starmus en Davos.

ROSA M. TRISTÁN

Entre líderes políticos (este años con sonadas ausencias), empresarios de postín y financieros de primera línea, el World Economic Forum que un año más se celebra en esa ciudad perdida en los Alpes suizos llamada Davos, este año se han visto a algunos científicos astrofísicos y a músicos de los que figuran entre las estrellas. Ocurrió durante una presentación especial del Festival Starmus, esa cita bianual que reúne a grandes de la investigación con grandes de la cultura para atraer a los jóvenes, hoy tan esquivos, en general, de lo que es la ciencia.

Durante una mesa redonda, los grandes líderes económicos, así como medios de todo el mundo, pudieron escuchar al Dr. Brian May (guitarrista de Queen y astrofísico), al músico y compositor francés  Jean-Michel Jarre y al científico del Instituto de Astrofísica de Canarias, y director y fundador del Starmus, Garik Israelian, hablar de la especial conexión que existe entre entre la ciencia y la música.

Flanqueado por un panel de científicos de renombre, de astronautas de la Agencia Espacial Europea y de premios Nobel, Jean-Michel Jarre presentó su innovador homenaje a las misiones Apolo de la NASA, que este año celebran su 50 aniversario. Entre los participantes estaban el astronauta suizo Claude Nicollier, Israelian, Jean-Michel Jarre, Brian May y el también astrofísico Michel Mayor, quien nos descubrió hace ya muchos años que no habitábamos en la única estrella con planetas, sino que había otros muchos más allá, ampliando infinitamente las posibilidades de encontrar vida fuera de nuestra pequeña Tierra.

El evento atrajo a muchos de los máximos responsables de empresas presentes en Davos y también a  fanáticos de la música que querían conocer el nuevo tributo musical al 50 aniversario de las misiones Apollo de Jean-Michel Jarre, en el que ha incorporado investigaciones del propio Israelian. «Por primera vez, la biblioteca de ‘sonidos de estrellas’ desarrollada por Garik Israelian se incorporará a una composición musical. Si bien es un fenómeno relativamente desconocido, es real y estoy emocionado de incluir los sonidos reales de los planetas y las estrellas en esta innovadora oda a las misiones de Apolo «, señaló Jean-Michel Jarre, según la nota de prensa envida por Starmus.

Este año, el festival STARMUS V se traslada a  Zurich  Suiza, donde tendrá lugar entre el 24 al 29 de junio de 2019 con uno de los programas más potentes de su historia, si bien cada dos años es una auténtica sorpresa. En esta ocasión, coincidiendo con el 50 aniversario de los aterrizajes lunares, contará con siete miembros del equipo original de las misiones Apolo de la NASA, entre los que se encontrará el esquivo Michael Collins, dos astronautas de la ESA (Tim Peake y Samantha Cristoforetti), la leyenda de la divulgación científica en Estados Unidos Bill Nye, junto con las estrellas de rock Brian May, Brian Eno, Steve Vai y Rick Wakeman. Además, como homenaje especial a las misiones a la Luna, Hans Zimmer (compositor de bandas sonoras como la de ‘El Rey León’, ‘Thelma y Louise’ o ‘Batman’) tocará un concierto muy especial:  “Once Upon a Time on The Moon”.

Pero STARMUS V no sólo es música. También es la ocasión para escuchar en directo a científicos de diversas disciplinas, entre los que este año habrá 12 premios Nobel que participarán en debates y mesas redondas de diversos temas, desde microbiología y bioquímica hasta astrofísica y neurociencia.  Entre los oradores, también estarán El programa 2019 reunirá a algunas de las personas más inteligentes, creativas y artísticas del planeta, entre los que estarán  Sir Martin Rees (astrónomo y presidente de la Real Sociedad de Londres), la bioquímica Emmanuelle Charpentier y la ex astronauta británica Helen Sharman. Además, estarán los miembros de la Junta de Starmus, de la que formó parte Stephen Hawking con May-Brit Moser, Elizabeth Blackburn, Linda Buck, Brian May, Peter Gabriel Richard Dawkins, Alexei Leonov, Jill Tarter, Robert Williams, David Eicher, Emmanuelle Charpentier y su fundador, Israelian. De hecho, un momento especial es la ceremonia en la que se entregará la Medalla Stephen Hawking 2019 destinada a  la Comunicación de la Ciencia, un premico que cuenta con el apoyo de Omega y Kaspersky Labs.

Las entradas ya están a la venta en www.starmus.com.

El astronauta Scott Kelly: «Explorar nos ha hecho los humanos que hoy somos»


ROSA M. TRISTÁN

Una rueda de prensa con un astronauta en la que se le pregunta si ha visto  OVNIS o si dependía de la tecnología para sobrevivir en el espacio. Y Scott Kelly ha resistido estoicamente, aunque bien es cierto que en ciertos momentos, se notaba cierta sorna. «¿Me está preguntando usted si he visto OVNIS?». Kelly es el segundo ser humano que más tiempo ha estado de seguido en el espacio: 340 días (el ruso Valeri Poliakov estuvo 437); una experiencia que le ha marcado y que describe en el libro autobiográfico ‘Resistencia» (Debate) que ha venido a presentar a España. Es una obra conjunta con la escritora Margaret Lazarus Dean, aunque ella no figura en la portada, ni en la contraportada, ni en la versión inglesa ni en la española. Valga mi reconocimiento desde aquí.

Kelly recordaba cómo su afán por ir al espacio no llegó hasta los 18 años, tras leer «Elegidos para la gloria» de Tom Wolfe. No comentó si su hermano gemelo, Mark E. Kelly, también astronauta, leyó la misma historia. Se sabe que no fue buen estudiante y que le tocó nacer en una familia con un padre maltratador y alcohólico. Dice mucho de su fortaleza personal que decidiera regresar a la Estación Espacial Internacional (ISS) en marzo de 2015, después de que tras una estancia anterior de 159 días (2007) sufriera un cáncer de próstata. Y es que la radiación es 30 veces mayor fuera de nuestra atmósfera, un riesgo que ya saben que deben asumir todos los que la abandonan. «Al principio, cuando me hicieron la propuesta me negué, pero luego me di cuenta de que quería más retos y que eso significaba ir más tiempo, así que acepté», reconocía Kelly. El objetivo de la misión era probar cómo resistía el cuerpo humano fuera de la Tierra en la que evolucionó a lo largo de millones de años, de cara a un futuro viaje a Marte. Así que al regreso se comparó su estado con el de su hermano Mark.

Poco ha contado Kelly de los cambios físicos que experimento tras casi un año sin gravedad y 5.440 vueltas a la Tierra. Si nos ha dicho que volvió con una modificación en el ADN, los telómeros más largos, que es como decir que volvío rejuvenecido. También algo más alto por la falta de gravedad, aunque pronto recuperó la suya con la gravedad. Nada nos ha hablado de sus dolores musculares, su poco volumen de sangre o su mala puntería. «Lo que más me preocupaba era la radiación y de hecho es el reto de cara a viajar a Marte: o vas muy rápido o te proteges mejor para sobrevivir», ha dicho. A nivel psicológico, ha asegurado que no detectó ningún cambio, aunque ya se intuye una personalidad fuerte, resiliente, con pocas concesiones al relajo de una sonrisa. De hecho, no ha habido ni una en la hora de rueda de prensa, pero si muchas interpelaciones porque no entendía las preguntas.

Evidentemente, una de ellas ha sido sobre la propuesta de Donald Trump de volver a la Luna. «Tenemos que volver para practicar antes de ir a Marte, pero Trump dice que vamos a regresar y luego recorta el dinero de la NASA o la deja sin administrador todo un año (seguimos sin tenerlo) así que no es una propuesta seria, es solo publicidad, no me lo tomo en serio».

Kelly ha repetido lo que otros muchos astronautas han compartido públicamente antes que él, empezando por Neil Armstrong: «Sentí más fuerte la relación con el medio ambiente, del precio que se pagará con el cambio climático. El planeta es hermoso y los que pasamos mucho tiempo fuera vemos que somos parte de un todo y hay que buscar soluciones conjuntas».

Como anécdota, reconoció que lo que más echó de menos durante tantos meses, al margen de la familia,  fue la sensación de ducharse y sentir el agua correr por el cuerpo,  pero también ver el sol y mojarse con la lluvia, incluso sentarse en una silla.

Yo le pregunté por su libro de cabecera en esa aventura espacial, «El legendario viaje de Shackleton» de Alfred Lansing: «Los astronautas tienen muchas características comunes con los exploradores: la curiosidad, la capacidad de manejar situaciones complejas, de lidiar con la soledad. Así ha sido en la exploración del siglo XIX y XX y será en la de Marte». «A Shackleton se le rompía todo y salía adelante, así que cuando estaba algo bajo de ánimo, abría el libro y me hacía sentir mejor. Me inspiraba su coraje. De hecho, «Resistencia» es un homenaje a Shackleton», ha explicado después de resumir la aventura antártica del ‘Endurance’ a comienzos del pasado siglo.

Kelly, que envío y compartió más de mil maravillosas fotos de la Tierra desde la ISS, comentó que en pocos años el turismo espacial organizado será una realidad con compañías como Space X o Virgin. «Igual en 100 años hay una aero-línea galáctica que va de Madrid a Nueva York en 20 minutos», aventuró.

Y respondió a otra pregunta inevitable: ¿por qué invertir en exploración espacial con los problemas que hay dentro del planeta? La respuesta fue la lógica-previsible: «Si el ser humano no fuera un explorador curioso no habría salido nunca de la selva porque es el afán con conocer lo que nos ha hecho ser lo que somos. Las civilizaciones que no viajaron, desaparecieron. Además, los programas de la NASA atraen a millones de niños a la ciencia. Y, por último, si tenemos un presupuesto de 19.000 millones pero gracias a él se desarrollan nuevas tecnologías útiles para todos. En total, he estado 50o días en la ISS y allí no había dinero, todo se gastó en la Tierra, en mejorar la sociedad».

Por cierto… ¿Y si le propusieran ir a Marte? «Sólo iría a Marte si está garantizado el viaje de vuelta».

 

 

 

 

 

 

 

Starmus (3): Astronautas contra el cambio climático


Harold Kroto, Walter Cunningham, Charlie Duke y Garik Israelian, en la rueda de prensa. |ROSA M. TRISTÁN

Harold Kroto, Walter Cunningham, Charlie Duke y Garik Israelian, en la rueda de prensa. |ROSA M. TRISTÁN

ROSA M. TRISTÁN

La tercera jornada del Festival Starmus no defraudó. Si el lunes fue el día del  biólogo Richard Dawkins y el martes le correspondió, sin duda, a Stephen Hawking (links, noticias), el miércoles estuvo mucho más repartido, entre astronautas de las misiones Apollo, la física más candente del momento con los aceleradores de partículas (John Ellis) y un químico que fue aplaudido a rabiar por los asistentes: en Nobel Harold Kroto. Y de colofón… un viaje al Teide.

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