Comedores escolares: Somos lo que comemos pero…¿Qué comemos?


ROSA M. TRISTÁN

(Publicado en Cuadernos de Pedagogía): Número 476

Seis de cada 10 niños y niñas se alimentan cada día, en los centros escolares, con productos elaborados por la industria agroalimentaria, muchos de los cuales contienen residuos químicos y están envueltos (y calentados) en plásticos. Los ecocomedores son una alternativa ecológica y de proximidad que apuesta por la salud y la educación. En ellos, los alumnos descubren el origen de los alimentos y aprenden a comer mejor respetando el medio ambiente. Es la nueva revolución ‘verde’ que llega a los colegios.

Candela da grandes mordiscos a su manzana. “Está buenísima y no le echan pesticidas de esos que matan los bichos y son veneno”. Sobre su cabeza, un cartel que dice: “La fruta está para comérsela. No te la saltes”. Pero Candela, de 8 años, lo tiene claro: “Nos dan comida ecológica, que es buena para el medio ambiente porque no viaja desde lejos y porque no contamina”. “¿A qué no sabes lo que es ser vegano?”, dice un compañero de mesa”. “¡Yo sí, a mí!, se levantan varios brazos.

El escenario es el comedor del Colegio Lourdes de Madrid, un centro concertado de la Fundación Hogar del Empleado (Fuhem), que hace ya cuatro cursos decidió dar “un vuelco” a su comida escolar para que fuera más acorde con un ideario en el que la sostenibilidad es un eje fundamental. Hoy es uno de los referentes de los “eco-comedores escolares”, espacios para alimentarse y, por qué no, aprender. “Aquí no queremos saber nada de caterings”, aseguran.

Su apuesta por los productos ecológicos y de proximidad no es fácil, pero no es exclusiva porque como en los cuatro centros de Fuhem, poco a poco toma cuerpo en España la preocupación por lo que comen los escolares y su futura visión del modelo de consumo alimentario. Así, pese a la trabas de las administraciones autonómicas, que son las que deciden en los centros públicos el modelo de gestión, surgen cada día iniciativas de directivos, personal de la cocina, padres y madres y docentes que tienen claro que “somos lo que comemos” y que en el caso de la infancia, mejorar el sistema actual es básico para ellos y para el planeta, un camino que también se ha iniciado en otros países del entorno.

Ahora estamos en casa de Marcos, que muy al contrario que Candela mira la verdura con desgana. Pasea el tenedor por el plato mientras marea las acelgas con tomate. “Antes le encantaba la verdura, pero ya no hay forma. Le cambió el paladar desde que comenzó a ir al colegio, cinco días a la semana comiendo de catering. Lograr que se la coma es la batalla diaria”. Adela es una de esas madres que reconoce que no sabe qué es un eco-comedor escolar, aunque se muestra dispuesta a impulsarlo en el centro al que acude su hijo, de 8 años, en Boadilla del Monte (Madrid). “¿De qué sirve que en Conocimiento del Medio les hablen de peces si luego no ven ninguno porque los ven empanados en cuadrados?”, se queja.

Los últimos datos disponibles señalan que casi 1, 7 millones de escolares como Marcos -de Educación Infantil, Primaria y ESO- comen en el colegio en España, según el Ministerio de Educación. De ellos, el 61% tienen el servicio subcontratado a una empresa externa, sector que se ha convertido en un sustancioso negocio en manos de unas pocas compañías. Sólo una de ellas, sirve 210.000 comidas al día en diferentes instituciones públicas, como son los hospitales o los colegios, adonde llegan servidas en sus correspondientes bandejas de plástico.

Un cocinero en el colegio Lourdes de FUHEM, trabajo en extinción.

Son datos que proceden de la reciente investigación “La alimentación escolar en España”, realizada por iniciativa de la asociación Del Campo al Cole y del grupo de investigación Carro de Combate. “Con este trabajo queríamos poner sobre la mesa la importancia del comedor escolar. Analizar la situación actual y el abanico de problemas que genera una mala alimentación infantil, cuando existen alternativas para mejorarla y aprovecharlo como recurso educativo”, apunta Andrés Muñoz Rico, de Del Campo al Cole. “Nosotros precisamente trabajamos para poner en contacto a los agroproductores con los colegios, un camino que va a más pero que es lento y tortuoso por las complicaciones administrativas”, reconoce.

Y es que hoy, en España, son aún pocos los colegios, sobre todo públicos, que apuestan por hacer de sus comedores y cocinas un lugar desde la que acercarse a la alimentación, a la educación ambiental; en definitiva, al aprendizaje desde el estómago. Muy al contrario, al albur de la masificación en menús industriales, las cocinas desaparecen y se transforman en salas de “línea fría” destinadas a platos precocinados. “A nadie le gustaría comer durante años comida de hospital, pero es lo que les damos a los niños”, apunta el catedrático de Medicina e investigador Nicolás Olea.

Olea, de la Universidad de Granada, es uno de los científicos que más ha estudiado los efectos de la alimentación en la infancia. En análisis de orina a menores de edad, se han detectado hasta 128 residuos químicos de 81 sustancias, de las cuales 42 pueden provocar cáncer y 37 son disruptores endocrinos que alteran las hormonas del organismo. “Podría decirle que los niños españoles hoy orinan más plástico que ninguno en Europa . Comer cada día en una bandeja de policarbonato está afectando a su desarrollo neuro-conductual, y no lo digo por ser alarmista, sino realista”, señala Olea a Cuadernos de Pedagogía.

En la misma línea, la endocrina Carmen Valls-Llobet, asesora de la Organización Mundial de la Salud, lanza la voz de alarma: “Ya hemos observado cómo los disruptores endocrinos que ingieren desde la primera infancia están provocando una pubertad precoz, hasta el punto de que hay niñas de seis años que ya tienen vello púbico”.

Pero incluso sin contaminantes, ¿es la comida escolar equilibrada? La normativa de las autonomías recoge un exhaustivo índice de calorías, de minerales, de lípidos o proteínas que hay que ingerir, eso sí, al precio más bajo posible. Pero eso tiene su coste y la bióloga Mercedes Aguirre, autora del libro “Nutrición, salud y complementos”, detecta un déficit de elementos esenciales para el desarrollo del cerebro en los menús infantiles. “El Omega 3 DHA, que encontramos en el pescado blanco, no existe en el panga, tan habitual en esos menús, pero se sabe que es importante para el cerebro de niños con Transtornos con Déficit de Atención (TDA). Por el contrario, se come exceso de pollo hormonado, de carbohidratos (pasta, arroces…) que se convierten en azúcares y generan excitación y obesidad, pero que son más económicos que los integrales”, denuncia la investigadora.

Pero no todo es salud. Aprender a comer mal es aprender un modelo de vida insostenible que colisiona con la educación ambiental. “Esa dimensión educativa de los comedores está muy olvidada, aunque es un recurso excelente para aprender de dónde viene la comida o qué impactos tiene en la naturaleza. No se trata de dar clases en el comedor, sino de que la alimentación escolar se incorpore como un tema más en las aulas, en actividades y juegos, en las excursiones que se programan desde el colegio”, explica Abel Esteban, de Ecologistas en Acción, una organización que participa en la Plataforma Comedores Responsables (http://comedoresresponsables.org/) creada en junio de 2016 con otras organizaciones, como CEAPA y Veterinarios Sin Fronteras (VSF), para promover ese cambio de enfoque.

Nani Moré, desde mucho antes, es un referente en esta batalla. Desde su primer trabajo, en la cocina de una guardería de Mallorca, se interesó en mejorar lo que ponía en los platos de las criaturas. “Para mí comer no es sólo llenar el estómago, es educación ambiental y es salud. Y en ello estoy, demostrando que mejorar la comida escolar con productos ecológicos y de proximidad no cuesta mucho más si se compara con sus beneficios”. Fruto de ese convencimiento surgió el documental que financió en 2012 con un crownfunding, El plato o la vida, que desembocó en la pionera Asociació Menjadors Ecologics de Cataluña, hoy lugar de encuentro para quienes inician el camino. “Desde 2013 hacemos estudios de viabilidad de proyectos de eco-comedores escolares. La cuestión es que no hay reglas, porque cada centro y cada territorio es un mundo”, asegura Moré. “En general, se trata de que al menos el 50% de la comida sea ecológica o de proximidad sin subir los precios, pero también se trata de enseñar a los niños a conectar la vida con la comida, a tener un huerto escolar, a cocinar cosas sencillas, a visitar los campos. Y ello requiere que los docentes se impliquen. Y los cocineros. Ahora estamos preparando un recetario con un grupo de chefs para aprender a provechar lo que ofrece cada temporada”, explica la ex cocinera.

En el Colegio Lourdes de la Fuhem, el aula de 1º de Primaria que imparte Paula Manrique a veces se convierte en un huerto. “A ver, ¿Qué sembramos hoy? ¿Un tomate? ¿aceitunas? ¿lapiceros? ¿Y qué hacemos para que no haya bichos que se coman nuestra comida?”. Es una de las muchas actividades pedagógicas que complementan los nuevos platos que cada día prepara el cocinero Javier Ventura, a quien ahora le llegan las patatas con tierra, en vez de cortadas en bolsas. “Hace poco fuimos a un mercado para que hicieran su lista de la compra, otras veces hacemos zumos con frutas de temporada. Los mensajes de lo bueno y lo malo para el cuerpo y la Tierra van calando”, explica Paula, rodeada de dibujos de extraños personajes hechos con frutas y verduras.

Fuhem es el ejemplo de una transformación impulsada desde la dirección, un proyecto ecosocial denominado “Alimentando otros modelos”. Hoy, prácticamente todo lo que consumen sus 2.500 diarios comensales es ecológico o de proximidad. “Llevamos ya tres cursos y la transición requiere reajustes, pero es imparable. El precio del menú es prácticamente el mismo y ya no hay queja entre los escolares porque se han acostumbrado a los sabores. Pero es que además hemos introducido temas relacionados con el sistema alimentario desde 2º de Infantil a 1º de ESO, recogidos en una “Guía Educativa” que utilizan los profesores como Paula. Y aún hay más: hemos incluido en el cambio a las familias”, explica Luis González Reyes, coordinador de la iniciativa.

Se refiere al impulso que se ha dado a la creación de grupos de consumo ecológico entre los progenitores de sus alumnos. “El colegio es el punto de entrega y recogida de la compra una vez a la semana y estamos encantados. Es verdad que al principio costó introducir algunos alimentos con los niños, pero ahora se van acostumbrando. Cada curso se les da un alimento nuevo al menos ocho veces. Luego, pueden comer en casa lo mismo, gracias a los grupos de consumo. Ya somos 40 familias implicadas”, señala Irene Domínguez, madre de una niña de 14 años y un niño de 8 del Lourdes. “Desde que se creó el comedor ecológico, es más habitual que mis hijos hablen de dónde viene la comida o qué es mejor cuando comemos juntos”, explica Irene.

Huerto del Colegio Montserrat de FUHEM.

En el Colegio Pere Roselló Oliver de Alaró (Mallorca), la idea de apostar por un eco-comedor surgió de la AMPA. Tras convencer al Gobierno balear de que podían hacerse las cosas de un modo alternativo al catering, este curso llegó el cambio. “El documental “El plato o la vida” de Nani Moré fue motivador para nosotros. Ahora, el AMPA gestionamos el comedor ecológico sin encarecer la cuota. Pero, además, hemos implicado a los docentes en un proyecto que se llama Alimentación, eje de las actividades extraescolares. Queremos que el niño conozca su relación con el alimento, que el personal de cocina les explique el origen de lo que tienen en el plato, que la comida no sea sólo un trámite”, explica Tomeu Noguera, padre e impulsor de una iniciativa que ya exporta a otros centros. En torno a ese cambio, además, el huerto escolar ha reverdecido, se organizan talleres eco-gastronómicos para las familias e incluso se ha abierto una pequeña cocina para talleres en los que los alumnos aprenden a preparar galletas.

“Es un aprendizaje. Comer más verdura se les hace cuesta arriba, pero si se empieza desde muy pequeños es más fácil. Mayor problema es que las familias se resistan al cambio, porque sus hijos también lo harán, pero si están convencidas, es posible. Ahora queremos que nuestro proyecto se extienda, que la Administración balear favorezca a las pequeñas empresas que tienen productos ecológicos, no sólo a las que ofrecen un precio menor, y que se pongan en valor las acciones educativas desde el comedor y la cocina”, recalca Noguera.

Actividades similares son las que desarrollan desde 2010 Veterinarios Sin Fronteras en colegios de toda España, dentro de su campaña Alimentacción. La mayoría de carácter extraescolar para el alumnado, pero también organizan talleres con docentes y familias para crear conciencia sobre los impactos del actual modelo alimentario. A menudo organizan funciones de teatro, excursiones y ofrecen materiales didácticos sobre productos concretos, como el aceite de oliva o las legumbres. “Este curso trabajamos con 90 centros de toda España, siempre con el mensaje de revalorizar el campo y dar a conocer cómo afecta nuestra alimentación en el Tercer Mundo y la naturaleza. A veces, los profesores son reticentes porque ha aumentado mucho la carga docente, pero es cuestión de sembrar para que se vaya difundiendo”, explica Jordi Menéndez, al cargo de la campaña.

Otro de los referentes en eco-innovación en comedores escolares es el cocinero José Luis Cabrero, del Colegio Público Asunción Pañart de Aínsa (Huesca). Es el autor de otro vídeo, “El comedor, un aula más”, donde explica cómo fue el proceso del cambio en su pequeño centro. Cabrero, como Nani en Mallorca, fue quien echó a andar la transformación del proceso de compra de lo que llegaba al centro. “Ese cambio a lo ecológico fue paulatino, pero tan importante como ese paso, fue la introducción del programa Alimentacción de VSF, a través del cual les doy información de lo que es el consumo responsable. No hay que olvidar que el tiempo de comedor es de descanso, pero hay que buscar el equilibro para que a la vez sean conscientes del modelo de consumo”, apunta Cabrero.

Un paso más allá es el que lleva tiempo proponiendo un afamado cocinero inglés, Jamie Oliver. Oliver puso en marcha a comienzos de esta década la ‘Food Revolution”, una lucha la que ha tratado de involucrar a los países del G-20. En 2015, lanzó una campaña global para que la alimentación fuera una asignatura obligatoria en los colegios de los 20 países y obtuvo 1,6 millones de firmas. Oliver defiende que niños no sólo deben aprender de dónde viene la comida, sino todo el proceso, del cultivo a la cocina, incluyendo el aprendizaje a guisar, aunque resulte un tanto complicado su puesta en marcha. “Vivimos en un mundo en el que la obesidad infantil es un problema, pero generaciones de padres se alimentan de comida rápida porque no saben cocinar. Con una asignatura obligatoria, los niños aprenderían”, señalaba entonces.

En esa línea trabajan, hasta cierto punto, en el Colegio Público Espartidero de Zaragoza, donde además de contar con un eco-comedor autogestionado por los padres y madres, los niños entran en la cocina durante talleres extraescolares. Nacho Corral, padre de dos de los alumnos, muy implicado en el proyecto, tiene claro que por ahí debe ir el futuro: “La alimentación debe formar parte del proceso educativo. Con cuidado, porque las cocinas son lugares que requieren una seguridad especial cuando hay muchos niños, pero animándoles a aprender, como lo hacen programas televisivos como Master Chef Junior, de TVE. Y, eso si, nosotros siempre con el lema ‘ni un bocado desperdiciado’. Ese el camino hacia un mundo más saludable y más justo”, concluye.

 

GUÍA PARA QUE EL COMEDOR ESCOLAR SE ‘PINTE DE VERDE’

  1. Contactar con el AMPA y formar parte de la comisión de comedor del centro escolar; sino hay AMPA o comisión de comedor, empezar por promover su constitución.
  2. Conocer la situación aplicable en cada escuela (contrato, competencias, etcétera), hablar con la empresa actual sobre la gestión del servicio. Una opción es consultar a la plataforma de Comedores Responsables, que funciona como asesoría: http://comedoresresponsables.org/
  3. Buscar escuelas de la comarca o de la ciudad que ya dispongan de un comedor ecológico y de proximidad para que faciliten información y contactos.
  4. Una vez identificada la normativa y constatado que se puede cambiar la gestión del comedor, organizar una charla para conocer la opinión de la comunidad educativa. Es importante que haya consenso. Existen dos vídeos en Youtube que ayudarán a plantear el tema: “El comedor escolar: un aula más” y “El plato o la vida” .
  5. Estudiar la viabilidad económica hablando con proveedores. Incluir en lo scosts el aumento de personal de cocina, cuando sea preciso.
  6. Redactar un proyecto de comedor: los menús, el proyecto educativo, los alimentos, etc, con la participación de una representación de padres/madres y docentes. Se puede consultar a otras escuelas, a la Plataforma de Comedores Escolares de Calidad, a Menjadors Ecologics, etc. Este proyecto se presentará al Consejo Escolar para su aprobación.
  7. La empresa actual y la comisión implantarán el nuevo comedor ecológico de forma progresiva. Si la empresa no acepta, hay que buscar otra o autogestionarlo desde el AMPA. Para esto último, se puede recurrir al asesoramiento mencionado.

“Reciclar con la música es una buena fórmula para aprender a cuidar la Tierra”


ROSA M. TRISTÁN

(publicada en ESCUELA)

Hurgando en la basura, aquí y allá, para convertir un desperdicio en arte sonoro, en un espectáculo en el que los objetos ‘resucitan’ y que fascina por igual a niños y adultos. Hace ya algún tiempo que los cinco miembros del grupo de percusión Toom-Pak se pasean por el mundo con su ReciclART 2.0, una vuelta de tuerca de su anterior show que acompañan con un proyecto que triunfa en las aulas: ReciclART SCHOOL. Si algo tiene claro Gorka González, su director, es que el mensaje medioambiental que transmiten debe calar en los pequeños cerebros infantiles “¿Qué mejor que hacerlo divirtiéndose con lo que tienen más a mano?”, se pregunta.

¿Cómo surgió la idea de este proyecto?

Gracias a un profesor de percusión del Conservatorio, el rumano Rares Hotescu. Quería montar un grupo y nos encandiló a un grupo de alumnos. En mi caso, estudiaba Filología árabe, y acabé dejando la carrera. Rares no sólo nos enseñó sino que, además, no implicó en el proyecto, en su diseño. Eso hizo que nos volcáramos de lleno en hacer algo diferente. En menos de un mes ya salíamos en el Telediario. Como sólo teníamos dinero para pagar un local de ensayo, tuvimos que buscarnos la vida para conseguir los instrumentos: bidones, latas, maderas… En cualquier contenedor encontramos con qué hacerlos. Y vimos que a la gente le gustaba el espectáculo, y que percibían que lo hacíamos sin gastar un duro. Ya se reutilizaban materiales en la pintura, la escultura, la moda, pues también en la música se puede reciclar y aprender a cuidar la Tierra. En Toom-Pak queremos divertir, pero aportar a la sociedad la idea de que hay que reducir el consumo. Qué mejor ejemplo que una compañía de percusión sin instrumentos de percusión.

Gorka González, en un parque de Lavapiés. |ROSA M. TRISTÁN

Gorka González, en un parque de Lavapiés. |ROSA M. TRISTÁN

¿Cómo es el proceso creativo?

Muy variado. A veces las ideas provienen de un amigo, de un encargo, incluso de un sueño. Pero lo que nos marca es el instrumento. Algunos los utilizamos tal cual los encontramos, pero otros hay que transformarlos. Los melódicos hay que afinarlos, o ponerles caja de resonancia. Luego, en el montaje del espectáculo participamos todos. Yo soy el director solamente de cara a la galería, no en la composición, donde los cinco aportamos, discutimos. Las ideas evolucionan entre todos. Queremos que sean espectáculos visuales porque vivimos del directo. Por ejemplo, en ReciclART 2.0  somos rebuscadores de residuos que damos vida a la basura en un mundo un tanto siniestro que se transforma.

El espectáculo actual lleva ya varios años  ¿Tenéis pensado alguno nuevo?

El primero que hicimos se llamaba Toom-Pak y sirvió para forjar la compañía; luego creamos el primer ReciclART, que ahora se ha renovado en ReiclART 2.0. Y, efectivamente, ya tenemos en mente el siguiente, y tiene que ver con la misma esencia del grupo. Queremos que el espectáculo se cree a partir de objetos que traiga el público, así que cada día será diferente. Es un reto complicado porque se basa en la improvisación y en nuestro trabajo es fundamental la sincronía y la coordinación. Será un gran reto porque el público y los materiales que aporten serán heterogéneos, pero tengo mucha ilusión en su puesta en escena. Vamos a mostrar sobre el escenario cómo creamos a partir de sus materiales. Aún así, seguiremos manteniendo vivo ReciclART 2.0 porque ahora mismo es un show compacto.

De ahí surgió ReciclART SCHOOL. ¿Cuál es su esencia?

Surgió a raíz del un encargo de la Comunidad de Madrid de hacer un taller para niños. Y disfrutamos tanto que quisimos montar algo específico con ellos. En realidad, nuestro espectáculo lo ve todo el mundo. De hecho, recientemente en México lo han visto 34.000 personas y casi la mitad eran niños. Es gratificante ver cómo lo disfrutan. Pero queríamos ir un paso más allá. Enseñarles lo que hacemos escogiendo lo más didáctico, transmitiendo el mensaje del reciclaje y de que hay que consumir menos y reutilizar más. Así que hicimos un texto con una historia y creamos un personaje, que vamos adaptando según el lugar. A través del humor, la percusión y la música captamos su atención de forma lúdica, utilizando más de 100 instrumentos y objetos reciclados con los que participan. Tanto nos gusta el proyecto que lo gestionamos directamente para abaratar los costes.

Y además tiene un componte de solidaridad social ¿en qué consiste?

Las entradas son baratas, sólo 6 euros, pero 50 céntimos de cada una los donamos a la ONG Educación Sin Fronteras. También tenemos un proyecto de recogida de tapones de plástico en los mismos colegios porque colaboramos con la asociación AEFAT de afectados por una enfermedad degenerativa y rara llamada ataxia telangiectasia. Los niños llevan tapones de plástico a su colegio y nosotros los recogemos y cuando hemos reunidos dos toneladas, la planta de reciclaje viene a buscarlos a nuestro local.

¿Os supera la demanda de colegios?

Rara vez hemos tenido que aplazar una función escolar por un compromiso artístico. Además, el grupo fundador somos cinco personas, pero Toom-Pak lo forman ahora 15 personas, que nos distribuimos el trabajo.  Además, hasta ahora en todos los colegios ha habido una instalación adecuada para hacer ReciclART SCHOOL. En algunos centros hemos hecho hasta tres funciones porque el salón de actos era pequeño, y así abaratamos costes. De hecho, hemos preferido ir nosotros a los centros educativos, y no que ellos vengan a nuestro espectáculo, porque así no tienen que gastar en transporte y es menos contaminante que nos movamos nosotros que cientos de niños. Tampoco debe preocupar que algún alumno no pueda pagar la entrada. Somos conscientes de la situación económica actual de muchas familias y no les vamos a dejar fuera. Con nosotros, los niños no se dan cuenta de que aprenden, solo disfrutan. Y cuando tienes la sensación de disfrutar es cuando más se aprende.

¿Ya no hacéis más talleres de reciclar instrumentos?

No, pero tenemos en proyecto crear una escuela con todas las vertientes de la compañía: la creación instrumentos, la coreografía, la música… Ya hay profesores dispuestos a colaborar. Y sí nos gustaría montar actos en los que participen 200 niños tocando instrumentos. Queremos contar con una cantera de Toom-Pak para que otros sigan nuestro camino.

¿Cuál es el último instrumento que habéis recli-inventado?

La Tacitarra. Es una tapa de la taza del váter que se me rompió en casa y llevé al local. A las dos semanas un compañero estaba haciendo una guitarra. Justo al terminarla, murió Paco de Lucía, así que la usamos como homenaje. Estoy seguro de que la percusión ha sido el primer instrumento del ser humano. Es más, creo que ha debido utilizarse siempre como un medio de comunicación previo al lenguaje, ancestral.

Los clásicos, la ‘maría’ de la literatura en las escuelas


 

Arturo Pérez-Reverte, en la presentación de 'su' Quijote. |ROSA M. TRISTÁN

ROSA M. TRISTÁN

(Publicado en ESCUELA)

 

No suelo escribir de Literatura, pero recientemente publiqué este reportaje sobre los clásicos en la enseñanza de la Literatura escolar, al hilo de la presentación de una nueva versión de El Quijote, en el periódico ESCUELA. En un mundo donde los niños están abducidos por las máquinas, es evidente que aprender a leer reflexionando sobre lo que se lee requiere un esfuerzo suplementario por quienes tienen la responsabilidad de enseñar y de aprender.

En los enlaces a continuación podéis descargaros las dos páginas del reportaje

ESCUELA PAG. 1 

ESCUELA PAG. 2

Aprender a leer: de los pergaminos a las ‘tablets’


2

La exposición “Cómo aprendimos a leer” en la Casa del Lector de Madrid recoge la historia de la enseñanza de la lectura en los últimos 500 años.

ROSA M. TRISTÁN (Publicado en ESCUELA)

DESCARGAR PDF: PÁGINA 1  y  PÁGINA 2

“Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba. Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio…” (Mario Vargas Llosa, Estocolmo, 2010).

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Los institutos más ‘verdes’ en las ondas de RNE


ROSA M. TRISTÁN

Publicado en ESCUELA

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El programa ‘Reserva Natural’ de RNE Radio 5, ha puesto en marcha este curso una iniciativa que abre a todos los colegios que tengan vocación de fomentar la educación ambiental. Su directora, Josefina Maestre, está empeñada en poner ‘en la onda’ a los escolares y para ello viaja por España para conocer ‘in situ’ lo que los educadores y sus alumnos están haciendo por el medio ambiente.

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Lyn Wadley y la evolución cerebral de los humanos


La antropóloga sudafrica Lyn Wadley. |ROSA M. TRISTÁN

La antropóloga sudafrica Lyn Wadley. |ROSA M. TRISTÁN

ROSA M. TRISTÁN

(Publicado en ESCUELA)

Si hay alguien que sabe sobre los primeros pasos de la inteligencia humana en este planeta es la catedrática emérita de Arqueología Lyn Wadley, en la Universidad de Witwatersrad (Johannesburgo). Sudafricana de origen, durante más de 20 años fue la responsable de dirigir dos de los más importantes yacimientos del mundo relacionados con los primeros ‘sapiens’ de ese continente. Se trata de las cuevas de Sidubu y de Rose Cottage, con cronologías que van desde los 120.000 a los 70.000 años.  Sus trabajos han sido publicados en las mejores revistas científicas internacionales.

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Teresa Rodríguez (Podemos): de maestra a eurodiputada


ROSA M. TRISTÁN

(Publicado en ESCUELA)

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Docente de vocación y política por elección popular inesperada. Teresa Rodríguez es uno de los cinco eurodiputados de Podemos, la formación política, liderada por el politólogo Pablo Iglesias, en la que iba como número dos en la lista y que ha sido la gran sorpresa de las últimas elecciones europeas. Nacida en Rota (Cádiz), a sus 32 años tiene muy claro el tipo de mundo que quiere. “Podemos era necesario”, asegura. Ahora, su voz ha pasado del Instituto de Secundaria Manuel de Falla,  en Puerto Real, al Parlamento Europeo, donde la Educación será uno de los ejes de su discurso, pero no el único.

¿Cómo acaba una profesora en la política?

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Alberto San Juan: «Las cúpulas de los partidos tienen secuestrado este país”


(Publicado en ESCUELA): PDF entrevista

ROSA M. TRISTÁN

El actor Alberto San Juan nunca se ha caracterizado por las medias tintas. Con grandes éxitos en el teatro, la televisión y el cine, ahora se dedica de lleno a un proyecto que va de lo social a lo personal, de una sala cultura abierta a la gestión ciudadana  a un monólogo en que cuenta, con ese humor ácido que ya vimos en el grupo Animalario, su visión de nuestra historia. Es el “Autorretrato de un joven capitalista español”, con el que recorre España es una historia sobre la Historia de este país. Y no deja indiferente. Recibe a ESCUELA en el Teatro de Barrio, en el centro de Madrid, una cooperativa cultural de reciente puesta en marcha de la que forma parte.

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Javier Cacho: «La ciencia es una gran aventura»


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ROSA M. TRISTÁN

Javier Cacho no sólo es uno de los científicos españoles que más tiempo han vivido en la Antártida. También es un gran divulgador. Experto en estudios atmosféricos, en 2011 sorprendió con el relato de la conquista del Polo Sur en su libro ‘Scott-Amundsen: duelo en la Antártida’. Ahora, ha vuelto a editar, pero en este caso el protagonista es ‘Shackleton, el indomable’ (Ed. Fórcola), otro gran explorador polar.

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Alan Weisman y la cuenta atrás para el planeta Tierra


ROSA M. TRISTÁN (Publicado en ESCUELA)

El escritor y periodista norteamericano Alan Weisman. |ROSA M. TRISTÁN

El escritor y periodista norteamericano Alan Weisman. |ROSA M. TRISTÁN

“EL MEJOR ANTICONCEPTIVO ES LA EDUCACIÓN DE LAS NIÑAS” “ESTAMOS EN LA CUENTA ATRÁS DE LA BOMBA DE LA SUPERPOBLACIÓN”

El escritor de investigación norteamericano Alan Weisman convirtió  ‘El mundo sin nosotros’ en un ‘best seller’ mundial.  Aquel libro, publicado en 2007, recogía los testimonios de cientos de expertos de todo el mundo para retratar lo que pasaría en este planeta si nuestra especie dejara de existir. Ahora, en su nueva obra, vuelve a plantear una propuesta que no dejará: la solución a la ‘bomba’ que supone la superpoblación mundial. Se titula ‘La cuenta atrás’ (Editorial Debate) y en ella plantea que la desactivación de ese ‘arma’ de destrucción pasa por la educación, sobre todo de las mujeres. Así lo destaca en esta entrevista con ESCUELA, a su paso por Madrid.

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