El ‘lío’ genético de los humanos del Pacífico


@Eric Lafforgue/Art In All Of Us/Corbis/Getty. NATURE
@Eric Lafforgue/ Corbis/Getty. Nature.

ROSA M. TRISTÁN

La historia del viaje de los seres humanos por el planeta, hasta llegar casi al último rincón en tiempos remotos, es una odisea. Entre esos lugares remotos está esa región del Pacífico, plagada de islas, en las cercanías de Oceanía. ¿Quiénes y cuándo llegaron hasta allí? ¿Cómo lo hicieron? ¿De dónde venían? ¿Se adaptaron a su ambiente insular como ya lo hiciera otra especie, el Homo floresiensis?

Algunas de las preguntas tienen respuesta en el análisis detallado que se revela en Nature gracias a un estudio genómico que nos cuenta detalles de la aventura de llegar a lugares tan paradisíacos como el archipiélago de Bismarck y las Islas Salomón, Micronesia, Santa Cruz, Vanuatu, Nueva Caledonia, Fiji y la Polinesia. Después de que los humanos emigraron fuera de África, todo indica que se establecieron allí hace unos 45.000 años, después de llegar navegando.

Según los restos arqueológicos, lo primero en poblarse fueron las Birmack y las Salomón y unos 10.000 años después las demás.  Mucho más tarde, hace unos 5.000, llegarían desde Taiwan los humanos de la llamada cultura ‘lapita’, que acabaría poblando Oceanía, que llevaron la agricultura y las lenguas austronesias a ese continente.

Pero lo que revela este trabajo es que la historia en el Pacífico es más compleja de lo que se pensaba, como suele ocurrir con lo relacionado con nuestra especie, y para explorarla más a fondo Lluis Quintana-Murci, Étienne Patin y sus colegas han analizado los genomas de 317 individuos actuales de 20 poblaciones repartidas por la región del Pacífico y también individuos de otras regiones, en total 462.

Sus hallazgos nos cuentan que el acervo genético de los antepasados ​​de los individuos esas islas se redujo antes de que se asentaran en la región y que las poblaciones divergieron hace unos 20.000 a 40.000 años. Mucho más tarde, después de la llegada de los pueblos indígenas desde Taiwán, hubo episodios recurrentes de mezcla con las poblaciones de las cercanías de Oceanía.

En sus análisis encuentran que los individuos de las poblaciones del Pacífico también portan ADN de neandertales, como todos los no africanos, y de los denisovanos, genes estos últimos que les han venido muy bien para adaptarse a esta región del mundo. El ADN denisovano lo adquirieron a través de múltiples episodios de hibridación entre humanos modernos y estos homínidos arcaicos, un fenómeno común en toda la región de Asia y el Pacífico. Calculan que toda la población tiene el mismo porcentaje de genes neandertales, pero el de denisovanos varía mucho más, entre el 0 % y el 3,2 %, dado que se cruzaron en diferentes ocasiones. Y si los genes de neandertal están asociados con funciones relacionadas con beneficios para el desarrollo neuronal, el metabolismo y la pigmentación de la piel, el de los denisovanos está implicado en el funcionamiento inmunológico frente a muchos patógenos y podría haber proporcionado una reserva de genes que ayudaron a los colonos originales a combatir infecciones locales, ayudándolos a adaptarse a sus nuevos hogares en la isla. De hecho, los isleños del Pacífico presentan niveles más altos de genética de estas dos especies ancestrales que el resto de los humanos, dado el aislamiento genético que hubo entre archipiélagos tras su llegada porque la navegación durante la época del Pleistoceno era posible pero limitada.

En definitiva, los humanos modernos del Pacífico recibieron múltiples  de diferentes grupos relacionados con los denisovanos y que hubo una población en Asia oriental muy relacionada con ellos. A ello se suma otro grupo lejanamente relacionado con los denisovanos detectado en las poblaciones cercanas a Oceanía. Es decir, que no hubo un origen común entre las poblaciones de las cercanías de Oceanía y Asia Oriental, sino que éstas últimas heredaron segmentos arcaicos indirectamente, a través del flujo de genes de una población ancestral de las poblaciones de Agta o islas del Pacífico, una hibridación o mezcla que tuvo lugar hace unos 46.000 años posiblemente en el sudeste asiático, antes de las migraciones a las islas. Y en tercer lugar, hay otro grupo de papúes que se deriva de un grupo más lejanamente relacionado con los denisovanos, hace unos 25.000 años,  en Sondolandia (también sudeste asiático).

También otros homínidos arcaicos, como Homo floresiensis y Homo luzonensis , estaban relacionados con los denisovanos, humanos que pudieron persistir hasta hace entre 21.000 y 25.000 años.

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