Descubrir nuevos biomarcadores que nos sirvan para diagnosticar de manera poco invasiva, precoz y precisa algunas enfermedades, constituye hoy uno de los retos de la ciencia para poder poner en marcha los tratamientos los primeros síntomas. Y conseguir que un simple soplo de aliento nos de esa información parecería imposible si no fuera porque es una tecnología que ya existe gracias a la investigación y el desarrollo realizado por la pionera empresa Fossil Ion Technology, una iniciativa de tres jóvenes investigadores españoles que no se han rendido ante las dificultades el sistema científico nacional y están cosechando grandes éxitos en todo el mundo.
Se trata de un potente sistema de análisis del aliento que es capaz de detectar en cada soplido, y en una décima de segundo, un espectro de más de 2.000 moléculas o especies químicas diferentes, que son las que hay en el aire que exhalamos en cada respiración. En realidad, consisten en la mezcla de las moléculas procedentes del metabolismo humano: de los alveolos de los pulmones, de las vías respiratorias y de las bacterias de la boca, entre otras. El dispositivo, bautizado como SUPER SESI, permite identificar si hay moléculas que se hallan sobre-expresadas en pacientes que tienen patologías concretas, revelando así determinados estados biológicos.
Se trata de una patente de Guillermo Vidal de Miguel, ingeniero aeronáutico y responsable del proyecto junto con Miriam Macía Santiago y Gabriel Jauma Gómez. Vidal de Miguel tiene ya 12 patentes en su haber y pese a su juventud ya ha estado investigando en la Universidad de Yale (EEUU), en Suiza y en Valladolid, antes de aterrizar en Málaga.
Para que los resultados obtenidos permitan a los científicos seguir ese rastro y concluir si la substancia o substancias encontradas son una llave para detectar una enfermedad, deben medir la composición del aliento del mayor número de pacientes posibles y así poder comparar los datos con los de personas sanas. Aunque prestigiosos prestigiosos hospitales en varios países, como el Hospital Infantil de Zúrich, el Hospital Infantil de Basilea o el Instituto Nacional de Investigación del Tumor de Italia, ya están utilizando esta tecnología, el problema está en que sólo pueden acceder a los resultados estadísticos que ellos mismos generan.
Ahora, gracias al apoyo económico de PROMALAGA, la empresa del Ayuntamiento de Málaga que promueve iniciativas tecnológica, y de la Asociación Española de la Industria de la Ciencia (INEUSTAR), Fossil Ion Technology va a poder desarrollar una sofisticada herramienta para el procesamiento de los datos con potentes algoritmos del CERN, la Organización Europea para la Investigación Nuclear. «Esta red permitirá acelerar el proceso de encontrar biomarcadores y que los pacientes y la sociedad en su conjunto se beneficien cuanto antes de estos avances», apunta Guillermo Vidal de Miguel.
Esta pequeña empresa innovadora es un ejemplo del potencial que tienen algunos jóvenes investigadores españoles. En este caso, unos que se fueron del país y han logrado retornar para poner en marcha su innovadoras iniciativas. Una prueba de su impacto internacional es la visita que, recientemente, realizó a su sede un grupo de científicos de la Ciudad de la Ciencia de Daejeon (Corea del Sur), entre los que se encontraban representantes de las más importantes universidades y centros de investigación coreanos, muy interesados por esta innovadora tecnología