ROSA M. TRISTÁN
Estos días andará por Madrid un gigantesco autobús para promocionar la Exposición Universal 2017 en Kazajastán, un país ex soviético a caballo entre Asia y Europa al que, según me enteré ayer, debemos mucho aunque sabemos tan poco (entre otras cosa, ¡las manazanas!) La Expo, que comienza el 10 de junio y acaba el 10 de septiembre, está íntegramente dedicada a la energía del futuro, es decir a las renovables. Porque sin ellas no hay futuro. No deja de ser paradójico el tema elegido en un país que vive del petróleo y el carbón, dos recursos que ha permitido a Kazajastán, tras la independencia de la URSSS, un crecimiento económico espectacular, pero desde luego servirá para su divulgación, y eso es bueno. España, aunque hasta finales de 2016 no confirmó su presencia, en un par de meses ha resuelto el concurso público para ‘decorar’ y llenar de contenido su pabellón. Lo ha ganado Acciona, y parece que nos costará cerca de 1,8 millones de euros.
Dice en su anuncio: «Cuenta con una superficie de 868 m2 distribuidos en una única planta. Con el lema “Energía para el Planeta” el pabellón invita a sus visitantes a un viaje en el espacio y en el tiempo en el que descubrir cómo y por qué nuestro país se ha convertido en líder indiscutible en la utilización de energías renovables, en su implantación, investigación y desarrollo en un proceso de concienciación y compromiso con el medioambiente adquirido». «Los visitantes del pabellón conocerán… la preocupación, el empeño y los esfuerzos del país por volver, a través de la innovación, a tratar al planeta y sus fuentes de energía de manera responsable, bajo la premisa de la sostenibilidad».
En realidad, para reflejar la apuesta de España (es decir, sus gobernantes) por las renovables no habría que gastar mucho…Se supone que un pabellón debe ser un espejo de lo que es el país, esa apuesta por ser ‘líder,’ que así que tengo aquí algunas ideas para Acciona.
Para empezar propongo que dediquen un amplio espacio a reflejar cómo languidece la energía eólica en España, a pesar de que era un país puntero en el área, tras el castigo que sufrió con la reforma eléctrica del actual Gobierno. Y eso que, aún con palos entre las ‘aspas’, casi cubrió el 20% de la demanda de energía durante 2016. Yo pondría en un gran luminoso (eso si, con leds, porque consumen menos) que durante ese mismo año apenas se instalaron 17 MW en toda España para aprovechar el viento. Son los datos de Red Eléctrica Española, como recuerda el presidente de la Asociación de Empresa de Enegías Renovables (APPA) en ese artículo. En fin, que quien quiera energía eólica que utilice el abanico, debieron pensar en el Ministerio de Industria y Energía, el del inolvidable ex ministro José Manuel Soria.
Como en España vendemos sol y más sol a los turistas, no estaría mal colocar un mapa con ‘rutas’ por algunas de esas plantas fotovoltáicas que han sido abandonadas a raíz del llamado ‘impuesto al Sol’; si,me refiero al que penaliza el autoconsumo de energía. Desde luego, una de ellas podría pasar sobre el techo del polideportivo de Baños de Río Tobía (La Rioja), que se conectó a la red en 2009, que se arruinó y que ahora quieren recuperar los ‘cooperativistas’ Som Energía y Ecoo (con participación social) dentro de su proyecto Recupera el Sol. De hecho, sería estupendo invitar a sus responsables como guías de los visitantes. Como diversión complementaria, pondría a unos monitores disfrazados de torres de alta tensión haciendo preguntas del estilo:»Adivina quien tiene más potencia solar instalada: el Reino Unidos (con sus nubes casi perpetuas) o España, la reina del sol «. Seguramente que todos los participantes se quedaban de piedra.
Creo que es ineludible que el pabellón promocione ‘a bombo y platillo’ que en 2016 hubo la increíble cifra de 42 nuevas instalaciones registradas de autoconsumo energético solar, por aclarar, de las que se ponen en casa. No creo que nadie tenga tan pocas, así que habría que explotarlo. Y desde luego colocar bajo un gran cartel que ponga ‘PELIGRO’ unas cuantas baterías TESLA, que sirven para facilitar ese consumo de energía solar en los hogares, al permitir acumularla en gran cantidad. No están prohibidas, pero se les ha puesto un sobrecoste añadido al sobrecoste del impuesto ya mencionado. No vaya a ser que a la gente le de por comprarlas y se hunda el negocio del gas, el carbón y, de paso, el del petróleo. Porque ¿Y si un día se ponen de moda los coches eléctricos y uno se lo carga en casita con su batería solar? Pero vamos, es imposible. Aquí el coche es diesel y se usa a discreción. Si basta que un día se limite el tráfico y se monta la de ‘San Quintín’…
Por desgracia, trabajadores en el sector de las renovables, hemos perdido muchos. Acciona lo sabe bien. No se yo si habrá suficientes para exponerlos, aunque últimamente ha mejorado algo el panorama. En eólica trabajan unas 17.000 personas, según su patronal, casi un 30% menos que en 2011; y en fotovoltaica, unas 4.500 frente a los 27.500 que había (un 84% menos) antes de la crisis. De biomasa (vamos, el pellet) no he encontrado datos.
El entorno de la Exposición Universal en la capital kazaja, Astana, será muy propicio para este despliegue nacional. El reciento de la Expo 2017: La energía del futuro, es un modernísimo complejo de 175 hectáreas «enchufado» a todo tipo de energías limpias, desde aerogeneradores y placas solares, hasta energía cinética, es decir la que somos capaces de hacer con nuestro cuerpo al caminar, saltar o pedalear. Realmente, el montaje presentado ayer en Madrid, con Alla Pereskova (Organización Mundial del Turismo) y Baryk Ayossembayer, el embajador de Kazajistán, Baryk Dyusenbayev, espectacular.
Cuando en septiembre cierre sus puertas, además de un Museo de la Energía del Futuro, los kazajos quieren convertir el complejo en un Centro Financiero Internacional. De hecho, para atraer empresas a tan exótico país les ofrecerán las instalaciones gratis durante tres años y les darán ventajas fiscales. Que se prepare la City… En fin, que el objetivo es que no acabe al estilo de los ‘restos ruinosos’ de otras expos, como las que hubo en Sevilla y Zaragoza.
Una vez paseado por el pabellón eco-español, imbuidos del espíritu por ese futuro limpio que tan bien promueve el Gobierno español, si que recomendaría dar una vuelta por ese gigantesco país que es Kazajistán (como ocho ‘Españas’, dicen), donde habitan tan sólo 18 millones de habitantes. Por desgracia, aún no lo conozco pero desde luego, un lugar perfecto para perderse. Además, ayer me enteré que desde allí nos llegó, no sólo el cultivo de las manzanas, sino también los tulipanes (Holanda es sólo un mercado).
Pero lo que más me sorprendió de las imágenes que me mostraron fue esa fascinante convivencia del presente-pasado nómada de los pastores, que viven en kurdas con sus ovejas, con edificios de diseño espectacular de los mejores arquitectos del mundo, en la capital, Astana. Y sobre todo ello, una naturaleza salvaje, virgen, que hoy es difícil de encontrar en Europa. Espero poder visitarlo (y de paso entrar en la base de lanzamiento de cohetes rusos de Baikonur, asunto que me quedó pendiente en mi paso por EL MUNDO, a ver si aquel satélite español llamado PAZ que nos costó tantos millones de euros ya está en el calendario, o para la chatarra).
Justo después de publicar este blog, ha llegado la propuesta oficial de ACCIONA. para el pabellón a mi correo, así que he incluido alguna frase.