
Participantes en Starmus 2016. Algunos de los más grandes científicos del mundo, poniendo el nombre de Canarias y España por lo más alto.
ROSA M. TRISTÁN
No encuentro palabras para definir lo que ha ocurrido con el Festival Starmus en España. No las encuentro porque me produce una tremenda tristeza que este país haya dado una patada a un evento de estas características, tan potente que lo ha lanzado hasta Noruega. Allí, ha caído en blando, sobre unos brazos abiertos, porque allí no tienen políticos ni empresas tan cerriles como las que tenemos aquí. Pero no sólo maltratamos, es que encima culpamos al organizador, el astrofísico Garik Israelian, de que se fiara de los compromisos contractuales, de que pensara que no le iban a dejar en la estacada.
No voy a recordar todo lo que ya conté a un mes antes del evento, celebrado a finales de junio, cuando quedó patente que de nuevo algo no iba bien a nivel financiero con Starmus durante la rueda de prensa de presentación. Podéis leerlo aquí lo que se dijo entonces. Lo único que he sabido después es que fue un éxito de afluencia, que todos los asistentes quedaron encantados y que el Cabildo de Tenerife, presidido por Carlos Alonso, no consiguió los patrocinios de algunas grandes empresas por 350.000 euros como había dicho y no ha negado. En concreto, me refiero a las grandes empresas ITER y ATOS, de las que si han quedado fotos en las que se ve a los empresarios con el científico Stephen Hawking. Mira que bien.. «Salir en la foto» parece ser lo único que importa, pero gratis.
Me sorprende que ningún medio español se preocupara, salvo de pasada, de unos problemas financieros conocidos desde entonces y que ponían en riesgo su continuidad, al menos en España; que en sus tres ediciones, no tuviera apoyo del Gobierno central (salvo también para ir a hacerse la foto con grandes genios del planeta); y que ninguna de las grandes empresas de este país quisiera ligar su marca a un encuentro de este nivel, que no ha dejdo de crecer y pasará a la historia de la divulgación científica. Guste a unos su formato o no guste. Y parece que a los noruegos sí les parece estupendo.
Desde luego, ninguno de los grandes empresarios del IBEX35 podrá decir que no se les contactó, pero unos quisieron aprovecharse de la presencia de algunos famosos (como Hawking) sin poner un euro y otros ni se molestaron en abrir la puerta, en contestar a una carta, a una llamada o a un email. Quiero pensar que cuando veían el plantel , políticos y empresarios o conocían a los protagonistas, pero no tengo la certeza. Así de patético es este país. Así de triste.
Leo en los medios que el Cabildo de Tenerife dice en torno al 80% de la financiación de Starmus ha sido pública. Y Starmus lo niega (en su Facebook ha hecho un comunicado). Más del 50% se ha financiado con las entradas, asegura. También leo que resulta que el festival tiene deudas en Canarias por pagar. Y vamos a ver, si alguien se compromete por contrato a hacer algo que no hace (como se dijo en rueda de prensa con los patrocinios) y eso afecta al balance final ¿de quién es la culpa? Así se hunden iniciativas en este país de pandereta.
Con todo lo anterior, no me sorprende que el Festival Starmus tuviera otras ‘novias’ más cariñosas. Más de una, según tengo entendido. No sólo por la resonancia mundial del evento que pone el nombre de cualquier lugar en el candelero internacional (incluyendo páginas en el New York Times o National Geographic, por sólo mencionar algunas publicaciones), sino porque eran muchos los jóvenes (mayoritariamente canarios) que esperaban cada año la oportunidad de acercarse a la ciencia de más alto nivel durante una semana. Los canarios, por 350 euros, y los demás por 500 (si se sacaban con antelación). Si hubieran costado 1.000 euros seguramente se habría financiado sin ese apoyo público, pero en ese caso ¿qué jóvenes hubieran ido?
Como ciudadana que paga impuestos, prefiero que se financien estos eventos con ‘mi’ dinero antes de que vaya para las ayudas públicas al fútbol, mucho más millonarias, a la banca (de las que hemos recuperado el 5%) o ‘mordidas’ de partidos políticos corruptos. Puestos a elegir.
No se si Starmus 2018 será o no en España, o en Canarias. Pero tal como van las cosas, mucho me temo que no.
Pero vamos, es sólo otra gran iniciativa española que se va fuera.
Con políticos y empresarios como los de ahora, Colón no habría descubierto América para el resto del mundo. Fijo.