ROSA M. TRISTÁN
Bajo los verdes campos de la frontera franco-suiza, no lejos de los Alpes ni del lago de ginebra, se oculta bajo tierra la mayor fuerza energética de la Tierra. La generan partículas de mínima masa, suba- tómicas, que chocan entre sí dentro de una inmensa circunferencia de 27 kilómetros, el gran Colisionador de hadrones (LhC, por sus siglas en inglés), una infraestructura subterránea que busca la respuesta a grandes preguntas de la Ciencia: el origen de la materia que cono- cemos o de la materia oscura y la energía, que entre ambas ocupan el 95% del Universo y que no somos capaces de ver ni entender. La llaman la ‘máquina de dios’ y es la más grande y compleja construida en el mundo.
(Publicado en la revista Estratos)