ROSA M. TRISTÁN
El proyecto SIGAREP está revolucionando el arte rupestre de la península. Si hace unos meses sus responsables revelaban un buen número de pinturas prehistóricas en toda la meseta castellana, (como publiqué en EL HUFFINGTON POST), ahora el mismo equipo ha descubierto en la cueva cántabra de El Castillo, una de las más importantes a nivel mundial, que los artistas que pasaron por allí dejaron plasmadas cuatro veces más de las que se conocían. ¿Decoración? ¿Símbolos? ¿Firmas? ¿Mensaje cifrados? Nadie lo sabe con certeza, pero lo que si se ha confirmado es que el ojo humano ya no es capaz de ver muchas de las figuras que quedaron impresas y que ahora, miles de años después, vuelven a ver la luz.