Volando por el hielo del Ártico, al albur del viento que les empujaba hacia adelante, hacia un lado… A veces, hacia atrás, frenando su avance… Siempre con el mismo sonido de fondo, como el traqueteo de un tren. Sruffff, sruffff…Así es como han ido avanzando cada jornada los cinco seres humanos que decidieron embarcarse en un Trineo de Viento, movido por el dios Eolo, en las gélidas tierras del interior de Groenlandia.