ROSA M. TRISTÁN

Llevo dos años apuntada en el paro. En este tiempo, tan sólo recibí un aviso para participar en un supuesto ‘curso’ que acabó en una mañana surrealista. Desde entonces, diciembre de 2012, no volví a tener noticias de ninguna ‘formación’ para parados en la Comunidad de Madrid. Habida cuenta de cómo funcionan los cursos en esta Comunidad, tampoco me extraña. Basta ver las noticias para comprobar donde se han ido al menos 4,5 millones de euros destinados a tal fin: a las arcas del empresario José Luis Aneri y otros delicuentes de cuello blanco, de esos que salen enseguida de la cárcel.

Pero no sólo ahí, me temo. Ahora resulta que el Opus se encarga de las clases a los desempleados y con dinero del Fondo Social Europeo. Una conocida recibió hace dos días este sospechoso sms en su móvil: «SERVEMPLEO. Curso en maquetación en centro Tajamar, sito calle Pío Felipe, 12 de Madrid. Presentese con cv 12 de junio a las 10 horas». Lo curioso es que el día antes había recibido otro: «SERVEMPLEO. Curso en maquetación en centro Gonzalez Cañadas, sito calle Fuencarral 105. Presentese el 11 de junio a las 11.30 horas». Vamos, de un día para otro o en el mismo día, que estar en el paro es estar a disposición de cuando a  ‘SERVEMPLEO’ se le antoje avisarte…

Mi conocida, que está deseando de sentir en carne propia esa bajada del paro tan publicitada, fue a los dos… Pero ¡sorpresa!, eran solo reuniones informativas en las que se conseguir lo prometido era más difícil que lograr un regalo en una tómbola. La primera  le pareció un sacrificio de lo más estoico: el curso se realizaría todas las tardes del verano de 15 a 21 horas, pero teniendo claro que al final no conseguiría ningún título que mostrar a un empresario, porque no había hecho el primer módulo formativo, módulo que podría o no (le dejaron bien claro) conseguirse el curso que viene. Para este ‘chollo’,  SERVEMPLEO había convocado a 30 personas, pero sólo había dos plazas disponibles. «Bueno, se pueden ir si quieren, no habrá represalias», les dijeron a quienes acudieron, algunos bajo la premisa de que «un sms de la Oficina de Empleo es como un mandato judicial, si no vas igual te quitan el subsidio».

Al día siguiente, tras un nuevo mensaje al móvil recibido unas horas antes, fue convocada al Colegio Tajamar de Madrid, del Opus Dei. Misma situación. Dos plazas para dos decenas de candidatos/as. Y también dos módulos de maquetación de cuatro, que resultan ser los últimos. Tampoco aquí sabían cuántas personas les iban a enviar, y como en el anterior, les animaron a irse por donde había venido. «Es indignante que ofrezcan dos plazas por centro, por las que cobrarán un buen dinero público centros que son privados y encima de ideologías extremistas», argumenta con tino mi amiga.

Tras recibir esta información, pregunto en mi Oficina de ‘Des-Empleo’ y me dicen que, efectivamente, en Madrid tienen pocos centro pùblicos de formación (claro, para qué vamos a contar con ellos teniendo amigos) y que necesitan colaboradores privados, aunque no saben explicarme cómo los eligen…

Como soy malpensada, y no he encontrados ninguna convocatoria pública para dos plazas en el Tajamar,  me imagino que será a dedocracia de los de arriba, porque amigos del Opus no faltan en las altas esferas, ni tampoco ‘colegas’ de  personajes como ‘Aneri’ a los que indultar si se tercia. Y ya puestos me pregunto quienes serán los responsables de la Unión Europea que distribuyen el dinero del Fondo Social Europeo en sus jornadas laborales, qué mecanismos de control tendrán de ese dinero que dan a administraciones como la que sufrimos en esta Comunidad. Y por último me indigno al pensar que, como en España, en la Unión Europea vale todo, salvo gastar dinero público en servicios públicos, que es lo que están encantados de que nos quiten.

Y llegados a este punto no puedo por menos que felicitarme de que en estos dos años no me hayan llamado para un curso de cocina, o de corte y confección, como me amenazaron. Si me hacen pisar el Tajamar me da algo….Gracias!!!!