Miquel Serra-Ricart: «Debemos aplicar la inteligencia colectiva para hacer ciencia ciudadana»


ROSA M. TRISTÁN (publicado en ESCUELA)

Entrevista  al Director del Observatorio de El Teide (Instituto de Astrofísica de Canarias)

Miquel Serra-Ricart, en Groenlandia. |ROSA M. TRISTÁN

Miquel Serra-Ricart, en Groenlandia. |ROSA M. TRISTÁN

Miquel Serra-Ricart hace ya mucho tiempo que comprendió que la ciencia y la divulgación deben ser un binomio indisoluble. Astrónomo en el Instituto de Astrofísica de Canarias, donde actualmente es el administrador del Observatorio del Teide, es de esas personas que no pueden quedarse quietas. En su afán por poner su grano de arena en esa unión necesaria, en 1998 creó Shelios, asociación que hoy aglutina a un equipo muy multidisciplinar en torno a expediciones que recorren el planeta en busca de espectáculos celestes y que se enmarca dentro del proyecto europeo Gloria. Su objetivo: que los jóvenes “caigan en las redes de la Astronomía’.

Desde 2002, mantiene vivo el portal educativo ‘Astroaula.net’ y desde dos años también “La ruta de las estrellas’, que permite a estudiantes de Secundaria y Bachillerato participar en las expediciones. Este año, cuatro de ellos viajaron a Groenlandia para ver auroras boreales (ver ESCUELA nº 3995) y más recientemente a Kenia, para ver un eclipse total solar.

El lugar que más ha visitado en todos estos años ha sido Groenlandia. ¿Cómo ha evolucionado el proyecto Shelios desde aquel primer viaje hasta hoy?

A Groenlandia vinimos en el año 2000 y luego hemos repetidos en 2011, 2012, 2013 y seguramente volveremos el que viene. En ese tiempo ha cambiado Shelios y también Groenlandia. Hay una bahía en la que veníamos en barco, algo que este año hubiera sido imposible por la cantidad de hielo que taponaba el fiordo. Y la expedición tampoco es igual porque al principio había más miembros dedicados a la logística (ingenieros, electricistas, cocineros…) y ahora se componen de más profesionales de la ciencia y divulgadores científicos. Creo que somos un grupo más completo porque el objetivo es transmitir a todo el mundo los fenómenos astronómicos y a la vez hacer un proyecto educativo con los estudiantes que nos acompañan.

¿Cómo surgió este proyecto?

Comencé con las expediciones en el año 99, pero no fue hasta 2004 que pudimos incorporar a estudiantes. Pensé que había que atraer a los jóvenes a la astronomía con algo atractivo, y qué mejor que participar en una expedición. En 2005 fueron ocho y en 2006 otros 12 viajaron al Kilimanjaro a ver un eclipse y así hasta que llegó la crisis y durante dos años no pudieron venir. En 2012 lo recuperamos, exportando la Ruta de las Estrellas al resto del país, porque hasta entonces eran canarios. Logramos financiación de la Fundación Catalana La Pedrera y de la Diputación de Badajoz.  Aun así, este año sólo fueron cuatro a Groenlandia. Lo ideal sería una docena, pero necesitamos ayudas para pagar su viaje.

¿Por qué se metió en esta aventura?

Comenzó por mi interés personal. Como astrónomo, quería ver los grandes espectáculos del Cosmos, como son auroras boreales, los eclipses o las tormentas de estrellas. Pero era necesario también mostrarlo al mundo porque son un imán hacia la Astronomía, sobre todo para los jóvenes. Y fui buscando fondos para hacerlo. Hace tres años, conseguí financiación europea a través del proyecto Gloria. Este proyecto tiene como eje poner telescopios robóticos, que están por todo el mundo, a disposición de los ciudadanos a través de  internet. Con lo que captan, cualquiera puede hacer ciencia desde su casa, identificando meteoritos, contando estrellas…. Es fascinante, y para los docentes una herramienta muy útil.

Este verano ¿Volvió satisfecho de la expedición a Groenlandia?

Hubo resultados muy buenos. El objetivo era retransmitir auroras a la mayor cantidad de gente posible y hubo un día que tuvimos 30.000 visitas al portal de internet. Es señal de que hay interés y de que se puede hacer ciencia. La Ruta de las Estrellas también funcionó. Los estudiantes volvieron fascinados con la experiencia. Nosotros no viajamos para conseguir resultados científicos. Para investigar, hay que ir a centros especializados. Otra cosa es dotar a la expedición de contenidos de ciencia, con trabajos académicos y educativos que son muy motivadores. No es lo mismo hacer fórmulas en la pizarra que en Groenlandia o en África. En el fondo, nuestras retransmisiones son un ‘mercadillo’ para que la gente se enganche y se pregunte ¿qué hacen estos en el Ártico?

Parece que no es buen momento para potenciar vocaciones por la ciencia

No lo es, pero no por eso vamos a dejar de ofrecer a los jóvenes la posibilidad de que la conozcan. Además, esto tiene que cambiar en tres o cuatro años y estos chavales que vienen en nuestros viajes se van cambiados, porque han vivido en primera persona con investigadores. A nivel nacional debería habría que hacer más jornadas de puertas abiertas en las que los científicos fueran a los institutos y colegios a contar lo que están haciendo. Existe la Semana por la Ciencia, pero no es suficiente. Los estudiantes quieren ver a personas normales, preguntarles sobre sus experiencias personales. Ese contacto directo puede serles útil al tomar la decisión de qué quieren hacer en el futuro.

En general ¿cómo es la formación científica de estos jóvenes?

Creo que es buena. En todo caso, los que vienen a las expediciones han sido seleccionados entre los mejores. Pero, en general, falta motivación. Nos pasamos con teoremas y nos olvidamos de que es una edad con demasiadas inquietudes, un momento en el que se está muy perdido. Y por otro lado hay estudiantes brillantes que se pierden porque les faltan habilidades sociales, aspecto que también trabajamos en las expediciones con ellos. En todo caso, debemos intentar seguir divulgando y que cada día vengan más. Ese es el grano de arena que se llevará la sociedad de nuestras expediciones.

Y este año, además, Shelios también ha ido a Kenia.

Pues sí. En este caso, retransmitimos por internet un eclipse solar total desde la orilla oriental del Lago Turkana, en el Parque Nacional de Sibiloi, el 3 de noviembre. Duró dos horas y 14 minutos. En esta ocasión, no vinieron estudiantes porque ya había comenzado el curso escolar, pero a través de la web de Gloria invitamos a todos los docentes y alumnos a conocer la aventura. Hemos organizado actividades para los centros educativos después del viaje.  Grabaremos datos para que realicen experimentos a través de la web  (http://live.gloria-project.eu/). También hemos puesto en marcha un juego científico a través de teléfonos móviles del sistema Android, que se puede descargar gratis como una aplicación (Gloria Solar Activity). Utilizando imágenes de telescopios, los chavales pueden ayudar a los astrónomos a buscar manchas solares. Y recibir premios a cambio. Siempre tratamos de aprovechar la inteligencia colectiva para hacer ciencia ciudadana.

Un histórico Pacto por la Ciencia: todos menos uno


Acto de firma del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Acto de firma del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

ROSA M. TRISTÁN

Eran muchos. Tantos que ha sido una odisea conseguir una foto en el que estuvieran todos. Era la firma del primer Pacto por la Ciencia (acuerdoXlaciencia_19dic13que firman en España todos los partidos políticos, todos menos el PP y UPN. Bueno y también CiU, que asegura que lo firmará, pero en otro momento, que no le venía bien… El acto ha tenido lugar en una sala  junto al Congreso de los Diputados, muy pequeña, cedida por uno los firmantes (en concreto el PSOE) ante los problemas que les estaban poniendo desde la Mesa del Congreso (el PP), que no encontraba donde ubicar un acto que no les venía bien porque, claro, no lo apoyaban. Boicot decían muchos.

Firmas del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Firmas del Pacto por la Ciencia. |ROSA M. TRISTÁN

Y es que después de marearles de aquí para allá, los representantes de la Carta por la Ciencia, a saber, los rectores de todas las universidades y presidentes de sociedades científicas y jóvenes y no tan jóvenes investigadores, decidieron pedir una sala ajena al Congreso para celebrar el acto, histórico, y por ello acabaron en la biblioteca de los socialistas, que tuvieron que tapar emblemas y cartelería para no herir susceptibilidades. Como las de CiU, que se descolgó en el ùltimo momento. Dicen, informa EFE, que porque era un acto ‘politizado’. Pero ¿politizado porque se trataba de pactar políticas científicas? ¿politizado porque los partidos enviaron sus primeras espadas? ¿politizado porque fue el PSOE quien cedió el espacio que necesitaban para no estar bajo la lluvia? Los organizadores no sabían dar con la respuesta…

El primero en hablar fue el representante de la Conferencia de Rectores. «Nos congratula que la comunidad científica responda a nuestras aspiraciones. Hubiera sido deseable que estuvieran todos», declaraba en alusión a los ausentes.

Sorprendentes, y certeras, fueron las palabras del paleontólogo Juan Luis Arsuaga, Premio Príncipe de Asturias de Ciencia. «Nuestra Revolución Industrial es antigua. Desde que los Austrias nos dejaron perder industrias en favor de flamencos, la economía española va de tumbo en tumbo…Invadido hoy el mercado por una manufacturas extranjeras que no sabemos pronunciar, la situación se ha agravado en términos inquietantes. Como ante el alud invenciones aportadas, no olvidemos que somosun  país pobre, exportador de algunos  frutos, no hay que ser zahorí para vaticinar escandalosa inflación fiduciaria. El déficit crecientes de Hacienda y empréstitos abrumadores contribuyente, son signos de ruina, que  sobrevendrá si la Providencia no hace un milagro cambiando nuestra Psicología. Pero por desdicha, el principio rector del Universo no se ocupa de los imprevisores ni de los tontos».  RAMÓN Y CAJAL 1934. Nadie diría que han pasado ¡80 años!
Carlos
Carlos Andradas, presidente de la COSCE, a continuación, leyó el acuerdo por el que llevan peleando tanto tiempo, que ha sido suscrito  por miles de investigadores. El acuerdo recuerda el dato de que el gasto en I+D bajó  al 1,3% del PIB  en 2012 (una décima en tres años) y lo hará más en 2013, mientras la media UE supera 2% y camina al 3% en 2020. ¿No parece evidente que hay relación entre crecimiento económico e inversiones en investigación? Pues parece que no, porque en los presupuestos de 2014, que precisamente también se aprobaron ayer, entre recortes por aquí y por allá de los servicios públicos, se mantiene un reparto entre  subvenciones y créditos para la ciencia que camina en el sentido contrario al de este acuerdo.

Juan Luis Arsuaga, leyendo a Ramón y Cajal.|ROSA M. TRISTÁN

Juan Luis Arsuaga, leyendo a Ramón y Cajal.|ROSA M. TRISTÁN

«Recogiendo ampliamente el sentir mayoritario entre los investigadores y del colectivo Carta por la Ciencia, queremos afirmar nuestro compromiso de apuesta por investigación, en torno a cuatro puntos que apoyarán los grupos parlamentarios:

1. Planificación plurianual para recuperar en tres años los niveles de inversión pública del 2009 (o sea, la vuelta al pasado)

2. Eliminación límites tasa de reposición del empleo publico (un 10%) para incorporar nuevos recursos humanos (los jóvenes no pueden acceder)

3. Establecer compromiso plurianual para el cumplimiento de los Planes Nacionales de I+D en sus convocatorias y plazos

4. Creación Agencia de Investigación prevista en ley, para gestión de los planes estatales con criterios científicos y con autonomía, pero con control parlamentario.

Nada revolucionario, rompedor, fuera de la realidad, más bien se trata de cumplir las reglas…. Incluso se comentaba en los pasillos que es algo tan de perogrullo que se trata del primer acuerdo que firman Amaiur y UPyD en años de legislatura. El PP, por su parte,  respondería después que «no se puede poner en entredicho su compromiso con la ciencia, firmes o no firmes» (palabras de su portavoz en I+D, Alejandro Fernández). Bien, es como hablar de dragones: existe la palabra pero no lo que describe porque ¿a qué llama Fernández  ‘compromiso’?

Alfredo Pérez Rubalcaba, firmando el Pacto. |RMT

Alfredo Pérez Rubalcaba, firmando el Pacto. |RMT

Después llegaron las firmas, empezando por Alfredo Pérez Rubalcaba, Cayo Lara, Rosa Díez... Un barullo de gente en un espacio mínimo que compartían diputados, científicos (allí estaba Amable Liñán, Jesús Ávila y muchos otros) con cámaras de televisión, fotógrafos,sindicalistas y asesores, que siempre los hay. Al final, hubo que hacerse la foto en otro lugar más amplio. No se si con o sin permiso de las autoridades pertinentes y su estricto reglamento.

Carlos Andradas, Amaya Moro-Martín y muchos más que llevan meses denunciando cómo el sistema científico se está yendo al garete, estaban satisfechos. Han tardado 10 años en conseguirlo. Arsuaga, antes de abandonar el lugar, me resumió sus impresiones en pocas palabras: «No creo en la magia, no creo que la situación cambie de un día para otro pero es un avance, un paso, porque lo ha firmado todo el arco parlamentario, salvo el Gobierno, que es el que tendría que cumplirlo; pero como los demás son alternativa del Gobierno, cuando lo sean, se lo recordaremos. Y no hay que renunciar a un pacto de Estado. No se trata de politizar la ciencia, sino de sacar la ciencia de la política de los partidos». Ojalá se logre.

Eurasia: un pasado de mestizaje humano


Hueso del pie de una denisovana, o Mujer X. 'Nature'

Hueso del pie de una denisovana, o Mujer X. ‘Nature’

La endogamia (palabra griega que viene de ‘endon’, dentro y ‘gamos’, casamiento) es un fenómeno dañino, enfermizo, tanto a nivel biológico como si se trata de un comportamiento social. Resulta tan destructivo que son muchos los investigadores que apuntan que fue la principal causa de la desaparición de los neandertales, esa especie humana que habitaba Europa cuando los ‘sapiens‘ llegaron de África y que ni eran tan tontos como los pintamos en el pasado ni eran tan débiles físicamente como nosotros. Pero eran pocos y en su pasado acumulaban un ‘mestizaje’ que complica mucho el escenario de Eurasia hace decenas de miles de años.

Ahora, un dedo de un pie de una mujer neandertal,  nos ofrece nuevas pruebas de ambos fenómenos, por un lado, al revelar los parentescos que había entre sus progenitores tras un exhaustivo análisis de su ADN, por otro al hablarnos de relaciones con otros humanos arcaicos que no sabemos identificar. Si hace escasos días, científicos del Instituto Max Planck y de Atapuerca lograban revelar el ADN mitocondrial de un ‘Homo heilderbergensis’ (con medio millón de años) pariente de los Denisovanos, ahora, ese anular o ese meñique nos cuenta que los antepasados de aquella hembra de hace 50.000 años  tuvieron ‘relaciones’ con vecinos de otras especies más primitivos, quizás los Homo erectus que vivían en Asia.

Denisova Cave, excavation in the East Gallery

Echando la vista atrás, fue en 2006, cuando el investigador alemán Svante Pääbo, del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig, inició un proyecto para secuenciar el genoma Neandertal, que culminó cuatro años más tarde. En aquel trabajo, en el que participó el grupo de la cueva asturiana de El Sidrón, se reveló que los neandertales se cruzaron con los Homo sapiens cuando estos últimos salieron de África, dejándonos su huella genética. Curiosamente, ese mismo 2010 también se descubrió en una cueva de Siberia, en Denisova (en la foto), un pequeño fósil con ADN nuclear de una especie humana que no se conocía: los denisovanos, parientes de los neandertales (con quienes comparten un ancestro común) y que acabarían dejando una herencia genética en las poblaciones de Oceanía.

Pero de entonces a ahora, el equipo del Max Planck ha mejorado la técnica y ahora, como publican en Nature, ha logrado una secuencia de genoma neandertal de tan alta calidad como si fuera la de un ser humano actual. Y lo han hecho con el pequeño hueso de un dedo de pie que encontraron en la cueva Denisova los arqueólogos rusos Anatoli Derevianko y Michael Shunkov.

¿Y qúe nos dice? Una vez hechas las comparativas pertinentes con otros genomas, el trabajo nos descubre que, además de que eran más endogámicos que la universidad española, no todos los ‘sapiens’  no africanos tenemos el mismo porcentaje de ADN neandertal, sino que varía del 1,5% al 2,1% . También que asiáticos y americanos nativos tienen un 0,2% de los desconocidos denisovanos. Y, sobre todo, que los neandertales de esta cueva tienen entre un 2,7% y un 5,8% del genoma de un homínido arcaico que no se conoce, al menos genéticamente, porque puede que si tengamos sus fósiles. Uno de lo autores del estudio, Kay Prüfer, afirma que «esta  antigua población de homínidos vivió antes de la separación de neandertales, denisovanos y  seres humanos modernos y que pudiera tratarse de un Homo erectus«, que andaba por Asia.

El experto en ADN antiguo Carles Lalueza-Fox, del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) explica al Laboratorio para Sapiens, que esta conclusión es, sin duda, la más importante: «Me sorprende esa hibridación con un homínido anterior, que no se detectó con el genoma nuclear porque nos dice, como ya hizo el estudio sobre la Sima, que el escenario era muy complejo, que muchas epescies se mezclaban. Da igual cómo les llamemos, heildebergensis, erectus, antecessor…. «.

Eso si, Lalueza-Fox explica que siempre existió cierta barrera reproductiva: «En genética de poblaciones se conoce como señal de infertilidad la falta de señales en el cromosoma X de que hubo hibridación entre especies, como en estos casos; es decir, que hay evidencias de que hubo cruzamientos, pero que los descendientes eran menos viables».

Respecto al tipo de parentesco de los padres  que tiene grabado el dedo, los investigadores no son capaces de precisar si eran  medio hermanos con una madre en común, o  doble primos, o un tío y una sobrina, o  una tía y un sobrino, o incluso un abuelo y una nieta, o viceversa, pero si está claro que eran de la misma sangre.

Por supuesto, también han aprovechado para buscar aquellos aspectos genéticos que marcan la diferencia entre nosotros, los sapiens, y los corpulentos parientes del Pleistoceno, y se han encontrado con que  la lista de secuencias simples de ADN que nos distinguen es bastante pequeña. «Esta lista de cambios de ADN que distinguen  los seres humanos hoy de nuestros más cercanos parientes extintos es relativamente pequeño», dice Svante Pääbo, director del Instituto Max Planck de antropología evolutiva. «Es un catálogo de las características genéticas que nos diferencia a los humanos modernos del resto de organismos vivos, creo que  esconde algunas de las claves que ha hecho posible la enorme expansión de las poblaciones, la cultura y la tecnología humanas  en los últimos años 100.000».

La cueva de Denisova, en Siberia, es la misma donde apareció el ADN de la misteriosa especie de los ‘denisovanos’, aún por describir y en la misma campaña. Por cierto, también era una mujer, la Mujer X, una hembra de piel y cabello oscuro.

Indignados de todos los colores vuelven antes de Navidad…


ROSA M. TRISTÁN

Empezaron cada una por su lado, tomando fuerza, mostrando sus colores al albur de los ‘recortes que les daban de lleno, pero han acabado juntándose porque del verde al rojo y del rojo al blanco, no hay más distancia que la cromática: sin Educación (verde) no hay Ciencia (rojo) que ayuda a mejorar la Sanidad (blanco). Y las tres comenzarán el año con unos raquíticos presupuestos, como destacan la Mesa en Defensa de la Sanidad Pública de Madrid (MEDSAP) o Marea Blanca, la Asablema General de Ciencia y la Asamblea Marea Verde de Madrid.

Última manifestación por la ciencia, en septiembre.|ROSA M. TRISTÁN

Última manifestación por la ciencia, en septiembre.|ROSA M. TRISTÁN

Como no se trata de mayorías silenciosas, sino que quieren dar la batalla, el domingo 15 de diciembre han salido a la calle  para inundar de esos tres colores las calles de Madrid. Da igual cuál ponerse, porque si unas demandas parecen justas otras también lo son. En su nota de prensa, los convocantes aluden a que «nos han arrebatado los derechos democráticos a través de los servicios públicos», y son tantos los ejemplos que dan  (subida de tasas, las fusiones de centros, la supresión de las becas de comedor, los despidos, la recentralización, la segregación, el mercantilismo, la desatención a la infancia y la discapacidad, el hundimiento de proyectos punteros, el exilio económico de los científicos, la venta a trozos de los servicios sanitarios…) que resulta imposible no identificarse con lo uno o lo otro.

Sin ir más lejos, el otro día presencié como una médica del Hospital Ramón y Cajal clamaba, indignada: «¡Qué cara dura! Nos llaman de un hopital ‘privatizado’ para pedirnos todas las pruebas diagnósticas de un paciente. ¡Lo que faltaba! Nosotros las hacemos con dinero público y ellos las utilizan gratis. ¡Así también me salen a mí las cuentas!»  Su hartura, voceada en los pasillos, no es más que un pequeño ejemplo de que esa privatización ‘más rentable’ es un cuento infumable.

Y es  una pena que una empresa acabe haciendo negocio con nuestra sangre (con la privatización del Centro de Transfusiones); que personas con problemas de salud mental o con graves adicciones, acaben abandonados a su suerte, con semanas de espera para conseguir cita, mientras su equilibrio vital pende del frágil hilo del apoyo de un especialista que no da más de sí; que el puntero Hospital Carlos III acabe siendo un geriátrico.

Pero si eso es grave, no lo es menos lo que pasa con la Educación. Ya no son solo los recortes, que son brutales. Es la intromisión ideológica. Da vergüenza oír a un grupo de chavales de 16 años del Instituto Beatriz Galindo, en Madrid, contar  que su ‘nuevo’ director lo primero que hizo fue redecorar su despacho de diseño, mientras los alumnos se pelan de frío y calor, según la estación. Antes, en la elección de estos puestos intervenía la comunidad educativa (profesores, padres y madres, alumnos) y ahora no, lo ‘fichan’ desde la Administración, y por tanto puede ser cualquiera tan impresentable como este señor.

Y qué decir de la ciencia. Nunca antes hubo tantas protestas de científicos ni aquí ni en ningún país del mundo. Pero es que nunca se la ha dado un ‘hachazo’ presupuestario como en España (un 40% en tres años)…. y no mejorará mucho en 2014. En el manifiesto, recuerdan los portavoces de la Marea Roja que para el PP ahora la ciencia «tiene que dejar de ser contemplativa para ser competitiva, es decir, al servicio del sistema económico». ¿Realmente será competitivo para el sistema económico investigar en enfermedades tan raras como la fibrosis quística? ¿o dejamos que los afectados se busquen la vida ‘por caridad televisiva’ , como en ese impresentable programa de La 1 de RTVE llamado ‘Entre todos’? Claro, que aún es peor cuando ves a científicos en la tele pidiendo para sacar adelante un proyecto que es mucho más útil para todos que el viaje de Rajoy a Sudáfrica (total, para decir que en el estadio de Johannesburgo ganamos un Mundial), que seguro que nos ha costado un riñón.

Está claro que la unión hace la fuerza…. Da igual el color, lo importante es que se vean.

Marcos Ana: «La vida debe ser un activismo permanente»


Publicado en ESCUELA

“ME PREOCUPA QUE AUMENTE LA INDIFERENCIA DE LA GENTE”

“EL INDIVIDUALISMO ACABA CON LA CONCIENCIA SOCIAL”

Marcos Ana, en su casa, durante la entrevista. |R.M.T.

Marcos Ana, en su casa, durante la entrevista. |R.M.T.

ROSA M. TRISTÁN

PDF PÁG. 1 ENTREVISTA

PDF. PÁG 2 ENTREVISTA

Si alguien sabe lo que es la lucha éste es Marcos Ana que, a sus 93 años, aún sigue en la brecha. Poeta de la clase obrera, Marcos Ana pasó 23 años de su vida en la cárcel, durante la dictadura franquista: es el preso político que más tiempo ha estado entre rejas en este país. Hijo de una pareja de los que lleva su nombre (su verdadero nombre es Fernando Macarro), acaba de publicar ahora “Vale la pena luchar” (Editorial Espasa), una obra en la que entrelaza sus experiencias personales con la situación política y social actual en España. Muy crítico con la apatía social, con esta nueva obra viene a dar continuidad a su autobiografía, “Decidme como es un árbol”, publicada en 2010. Su especial recorrido vital despertó el interés del director de cine Pedro Almodóvar, que adquirió los derechos de autor sobre su historia con la intención de rodar una película, un proyecto que aún guarda el extremeño en la cartera.

Marcos Ana recibe a ESCUELA en su casa, en el centro de Madrid, la misma vivienda que le prepararon sus compañeros del Partido Comunista cuando, con la llegada de la democracia, volvió del exilio en el que no paró de denunciar por el mundo la represión política que se sufría en su país. Muchos libros en las estanterías, en las paredes premios concedidos por su defensa de los derechos humanos, una bici estática, un ordenador que echa humo, fotos antiguas, recuerdos de sus viajes… Es el espacio de alguien que conserva bien viva la memoria del pasado, pero que sigue peleando en el presente para que no haya marcha atrás en el futuro.

En los últimos tiempos estamos viendo cómo las manifestaciones van siendo menos multitudinarias y más sectoriales.  ¿Nos estamos rindiendo a la fatalidad de la crisis? ¿Se está desinflando la movilización social?

Continúa habiendo protestas, pero sí que es cierto que muchas veces me encuentro con gente que dice que ya no vale la pena seguir batallando porque por más que los indignemos todo sigue igual. Pero eso no es cierto. Por supuesto que merece la pena movilizarse. Es más, yo creo que es urgente y necesario hacerlo si queremos conseguir un mundo mejor y más justo. Todos los que estamos en contra de lo que está ocurriendo debemos salir a las calles, visibilizar nuestra lucha.

¿Cómo hemos llegado a esta situación de apatía?

Este es un caldo que ha sido fomentado por el capitalismo, porque es un sistema que ha potenciado el culto a la persona, al individualismo, que siempre realza los valores personales, y al final lo que se consigue es que se rompan los cables que pueden unir a un ser humano con otro, que desaparezcan los colectivos. Con ese discurso personalista, al final nos creemos dioses y luchamos sólo por lo que nos afecta personalmente. Estamos únicamente preocupados por conservar nuestro trabajo, porque los hijos tengan lo necesario, pero se pierde la conciencia social. Es un individualismo que nos resta fuerza. Además, es una falacia porque nadie puede sentirse feliz en su pequeña libertad, por tener un coche o una casa, mientras se extiende la esclavitud entre los que le rodean, sin tener un proyecto de vida. En esta época en la que la tecnología ha acabado con las distancias, en la que todo está globalizado, cualquiera nos podemos enterar de lo que ocurre en el rincón más alejado del planeta. Y creo que es algo que debemos aprovechar porque nos da una visión más global de los problemas de la Humanidad. Yo siempre intento estar informado por internet de lo que ocurre, veo ahí una posibilidad de unirnos para cambiar las cosas. Y como digo en el libro, si aun así creemos que no hay motivos para salir a la calle y exigir lo que es nuestro, basta mirar la tristeza de los rostros de la gente, la huella de la pobreza, para comprobar que no es así. Solos haremos poco, pero somos muchos los que pensamos lo mismo.

Parece que la globalización tiene también otros intereses ¿Detecta usted esa globalización de la solidaridad entre la juventud?

Creo que sí, pero falta un ritmo histórico. Ahí tenemos la actitud de los jóvenes del movimiento 15-m, que fue muy bonito, un chispazo, como un terremoto que ha quedado en la conciencia de todos. Hoy muchos jóvenes saben que tienen que jugar su papel, aunque necesitan saber cómo. Cuando el 15-M era desalojado de la Puerta del Sol vi un cartel que me gustó mucho y decía: “No nos vamos, nos mudamos a tu conciencia”, y de hecho aún se habla de ello. Pero la historia tiene altibajos y las medidas humanas no son históricas. A muchos nos gustaría que en trascurso de una vida hubiera más transformaciones, mil revoluciones, pero son procesos que deben madurar, llevan su tiempo.

¿Cómo compaginar los rápidos cambios socio-económicos que se están imponiendo, los recortes sociales y de derechos, con esa ralentización de la respuesta social?

Pues debemos seguir combatiendo y el camino es concienciando a la los que nos rodean. No callando. El error, incluso de los comunistas, ha sido que en las asambleas que se organizan se toman resoluciones importantes, pero se olvidan en cuanto cada uno se mete en su casa y se encierran en sus problemas. La vida debe ser un activismo permanente. Yo vivo en un barrio pequeño-burgués, en el centro de Madrid, pero todos saben que soy comunista. Quiero que se vea, no me oculto. Y creo que la gente de izquierdas que está en la sobra, deberíamos visibilizarnos más para que los jóvenes vieran que estamos aquí, dispuestos a luchar, sería una fuerza de atracción. Yo confío mucho en la juventud, sé que en ellos hay una gran fuerza, pero hay que saber encauzarla, encaminarla hacia el futuro. A mí vienen a verme muchos jóvenes que se han enterado ahora de que sus abuelos estuvieron en la cárcel durante el Franquismo; con tantos años de democracia como llevamos y sus familias aún no han perdido el miedo a hacer público ese pasado. Lo tienen enterrado como si fuera un estigma, incluso para sus hijos y sus nietos, lo callan por miedo. A una colaboradora mía, una joven que viene a ayudarme, su madre aún le dice: “Hija, no te signifiques, mira lo que le pasó a tu abuelo”. Esos 40 años de dictadura ha marcado mucho a la gente.

Portada

En estos momentos aumenta el rechazo a la política, y por tanto a etiquetarse en una ideología concreta. El ‘todos son iguales’ se oye por todos los lados. En su libro también es muy crítico con los políticos, pero ¿qué opinión le merece esta postura anti-ideología?

Tiene su explicación porque en este país no siempre se ha hecho  buena política. Es comprensible que ahora los jóvenes la rechacen, aunque en el fondo también están expresando una postura política. Pero es más bien rechazo a los políticos. Son demasiados los que han cambiado de bando o los que han cambiado sus principios ideológicos por el dinero. Se entiende que cada vez sean más los jóvenes que están en contra de este sistema bipartidista en manos de intereses económicos capitalistas, pero detrás de los desahucios que han logrado parar, de la oposición a las ayudas a la banca privada o de la defensa de lo público frente a lo privado, hay también acción política.

Cuenta en su libro que va a veces a los colegios a hablarles de su experiencia ¿qué les cuenta a los niños?

Depende de su edad. En un colegio donde fui hace unos meses a charlar con chicos de 10 años les conté el cuento de Caperucita Roja como una metáfora. Caperucita, la niña que recoge flores, era como la libertad y la República y el lobo negro y feroz era la dictadura franquista que quería comérsela. Pero cuando son más mayores el tema es más profundo. Los adolescentes están deseosos de aprender y me preguntan mucho por mi vida en la cárcel y las razones que me llevaron a pasar allí 24 años. Entonces aprovecho para contarles cómo nos organizamos y cómo acabamos convirtiendo la prisión en una universidad para aprender unos de otros. También les explico lo importante que es estar unidos para conseguir las metas que nos propongamos.

¿Cree que se les está contando a las próximas generaciones bien la Historia de España?

Para nada. La están falsificando. Y lo mismo pasa con la memoria histórica. En España la Transición no sirvió para nada, los culpables de la represión siguieron viviendo con absoluta impunidad. No fue como la revolución de los Claveles en Portugal o como en Argentina… Aquí se pasó de la noche al día sin depurar a nadie. Los policías que me torturaron siguen ahí, jubilados. Y no es que quiera que se mueran de hambre, pero ahí están. Y si un juez como Jorge Garzón trata de escarbar en el pasado y de encontrar situaciones que eran punitivas, acaba siendo procesado. Eso nos demuestra que la izquierda en este país no tiene fuerza y que necesitamos de la unidad para avanzar. Por ello, creo que los partidos requieren una renovación. De vez en cuando, si que hacen un esfuerzo por implicar a los jóvenes, intentan que se sientan responsables, pero no es suficiente.

¿Hemos estado en algún momento en el buen camino?

En el camino hacia el Estado de Bienestar no hemos llegado a estar. Tenemos libertad, pero la libertad sin Justicia no sirve de mucho. Elegir entre morir de hambre y morir por ser perseguido. Lo que hay que conseguir es que la libertad vaya de manos de la Justicia y sirvan ambas para cambiar las cosas. Hay muchos abuelos que han perdido las pensiones por ser de izquierdas, por haber estado represaliados… Y, sin embargo, también hay muchas familias que hoy viven de esas pensiones porque no hay trabajo para los hijos. En este país, ha habido una Guerra Civil y eso marca, deja buenos y malos. Pero hay que seguir luchando  poco a poco. No vale decir que ganan los de siempre. Es cierto que los ricos son más ricos, aún con la crisis económica, y los pobres también son más pobres, pero eso es un acicate para la acción.

Marcos Ana.

De la situación actual en España ¿qué le preocupa más?

Que aumente la indiferencia de la gente, que se conformen con un mínimo bienestar personal, porque eso es lo que fomenta el sistema capitalista para alejarnos de la unión de fuerzas. Por ello la educación es importante, aunque las escuelas se están vaciando de contenido. A los alumnos no se les enseña lo que es la injusticia, la igualdad de oportunidades, la libertad. En definitiva, a ser ciudadanos. Ahora con la Reforma educativa de Wert incluso han quitado la asignatura donde podían tratarse esos temas, que son los que permiten a los jóvenes aprender a no ser manipulados. Es muy triste.

A estas alturas del siglo XXI, ¿imaginaba un recorte en derechos como el que se está llevando a cabo desde el Gobierno?

A estas alturas ya nos conocemos todos, pero es cierto que hemos perdido mucho de lo que ganamos en el pasado, por lo que pelearon nuestros compañeros. Es un retroceso brutal de lo público para beneficiar a lo privado. El capitalismo tiene poder para mover conciencias a su antojo. Y por ello parece que ahora tener un trabajo es lo único que nos mueve, e incluso nos incomoda la lucha de quienes pelean por lo suyo, como ha ocurrido con la huelga de la basura en Madrid. Nos venden la idea de que pensar genera poco beneficio y luchar no es rentable. Pero los ciudadanos no somos mercancía y debemos organizarnos para combatir.

Comentaba  antes que crearon una universidad en la cárcel, bajo vigilancia. Era un entorno difícil para organizar algo así ¿cómo lo hicieron?

Allí dedicábamos mucho tiempo a la educación. Depende de la prisión que fuera, lo hacíamos de una u otra forma. En la de Ocaña eran celdas de cuatro o cinco personas; sólo nos veíamos en el patio, y aprovechábamos para tener clases ambulantes. Los carceleros intentaron boicotearnos y nos prohibieron estar en grupos de más de tres personas, lo que complicaba las clases. Aun así, intentábamos pasarnos los temas. Pero la cárcel de Porlier, en Madrid, estaba en un colegio sin celdas, mucho más grande. En cada galería éramos 600 juntos y siempre estábamos estudiando. Había muchos catedráticos y maestros que enseñaban a los campesinos. Lo hacíamos para formarnos, pero también para tener la cabeza ocupada y no pensar en la familia, en las penurias de los hijos que estaban fuera. Pero eso era durante el día, por la noche esas tristezas aparecían bajo la manta cada noche.

¿Cuándo empezó a escribir?

En la cárcel escribía porque me salía de dentro. Ponía mucha pasión. Allí les enseñaba mis cosas a algunos poetas y escritores ya consagrados y les gustaba. Eso me animaba a seguir aprendiendo. Me decían que sólo me faltaba conocer la arquitectura de los poemas, pero que el contenido era bueno. Allí monté una tertulia que se llamaba La Aldaba, que llegó a editar libros clandestinos, como uno dedicado a Miguel Hernández que aún conservo. También hicimos obras de teatro, como el llamado el ‘Homenaje a voz ahogada’, también a Miguel Hernández. Le pusimos así  porque era emocionante, pero también porque lo hacíamos muy bajo para que no se enteraran los guardias. Cuando montábamos el escenario, con mantas y sábanas, siempre había un preso vigilando; si venía un guardia, nos avisaba diciendo: ‘¡Acércame el botijo!”. Y lo desmontábamos todo rápidamente. Hacíamos muchas actividades culturales a escondidas. Luego me trasladaron a Ocaña, y había menos posibilidades. Aún así, los guardias tenían la ‘filosofía de los haraganes’ y acabábamos ganándoles la partida.

Usted entró en la cárcel con 19 años y salió con 41. Después de tanto tiempo ¿Qué sentimiento le provoca el haber pasado toda su juventud encerrado?

No guardo ningún rencor, no sirve para nada. Ni la venganza. Si quiero ver triunfantes los ideales por los que he luchado y por los que tanta gente perdió su vida, pero no me mueve un sentimiento vengativo. Yo he vivido la vida que elegí, la de un revolucionario. Y eso tiene que pagar su peaje. La consecuencia natural en aquel momento era acabar ahí. Aún hay gente que está dispuesta a acabar en la cárcel por sus ideas, pero ahora no es como en la época de Franco, afortunadamente. La situación respecto a la juventud sí es la misma. Siguen con ganas de acción, y los culpables de que no la haya somos los que tenemos cierto poder de reunirles; eso sí, siempre sin que tengan la sensación de que les están manipulando, porque son muy independientes y deben serlo. Otro problema es que muchos se están yendo del país, porque el capitalismo que ha generado esta crisis les impide trabajar.

¿Tiene alternativa este sistema?

No, no la tienen. Su única ley es la del máximo beneficio, y los partidos, los movimientos sociales, etcétera, son sus herramientas, aún sin ser conscientes de ello. Les dan un poco y ya se consideran con poder, cuando no lo tienen. Pero el comunismo no es alternativa, hoy es una solución utópica para el ser humano, un sistema para una sociedad más igualitaria de la que hemos conocido. El  socialismo si puede serlo; lo que pasa es que está viciado porque lo que ha ocurrido en los países socialistas has sido muy negativo. La primera vez que viajé a la URSS hubiera pisado el suelo, pero luego me di cuenta de que había maleza en los engranajes del Estado y del partido, que habían dejado de ser socialistas. Perdí la pasión por ese país, no era verdadero comunismo. Luego, queriendo limpiar lo que había, acabaron tirando el cubo del agua sucia a la calle con el niño dentro. Así pasó con Gorbachov. Y mire lo que es ahora la Rusia de Putin.

¿No quiso dedicarse a la política nunca?

No, yo tengo mis espacios personales. Ahora doy muchas conferencias para hablar de mi vida, para presentar mis libros. Viajo también mucho al extranjero. Y me gusta, no me canso de ir de un lado a otro porque son encuentros muy vivos. Es mi forma de seguir en la lucha, sin necesidad de tener un cargo determinado en un partido. Los cargos te atan demasiado. Si me llaman de colegios, también iré.

¿Qué les pediría a los docentes?

Que sin convertir las aulas en una atalaya política,  colaboren para que los niños de hoy se conviertan en ciudadanos en el futuro. Les diría que deben enseñarles contenidos que ayuden a desarrollar su conciencia de denuncia de las desigualdades sociales, que sean conscientes de  lo que supone el dejar tu país para poder vivir por tus ideas o por una necesidad económica. Y que lo hagan con cuidado, para que no le acusen de ideologizar las clases, pero sin olvidar que transmitiendo esos valores les están encaminando a conseguir un mundo más justo e igualitario.

Alicia Luna: “Al cine español le falta tensión para atrapar al público»


Guionista de cine y presidenta Fundación Lydia Cacho

“El cine es una buena herramienta educativa”

 “No es justo dejar solos a los que pelean por todos nosotros”

|Rosa M. Tristán

|Rosa M. Tristán

 

ROSA M. TRISTÁN

Alicia Luna recibió el Goya al mejor guión en 2004 por una película que ha sido una de las grandes del cine español: ‘Te doy mis ojos’. Aquella historia, la marcó durante mucho tiempo. Hoy dirige la ‘Escuela de Guión’ en Madrid, lugar de referencia para los que sueñan con llevar sus historias a la gran pantalla. Para ESCUELA nos cuenta por qué el cine español ‘no engancha’ con el público y nos ofrece sus recetas…..

Pincha aquí para leerla: LINK A LA ENTREVISTA

 

El día que conocí a Nelson Mandela…


EL DÍA QUE CONOCÍ A NELSON MANDELA

Ocurrió hace muchos años, 22 nada menos. Entonces me iniciaba en esto del periodismo. En el periódico donde trabajaba, EL MUNDO, me enviaron al Hotel Reina Victoria, en el centro de la capital. Allí iba a estar Nelson Mandela, el hombre que había pasado 27 años en la cárcel porque no aceptaba que negros y blancos no somos lo mismo, no tenemos derecho a una misma vida digna. Apenas llevaba un año fuera de los barrotes.

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El ADN humano de Atapuerca: el más viejo del mundo


Sima de los huesos (VÍDEO). |JAVIER TRUEBA

Recuperar ADN de un humano que habitó en la Sima de los Huesos de Atapuerca es un logro científico que no puede sino dar la vuelta al mundo. Con un material genético muy degradado, los investigadores de este proyecto y los expertos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania, los mismos que lograron hacer el genoma del neandertal hace un par de años, han logrado reconstruir casi el 100% del genoma mitocondrial de un ‘Homo heidelbergensis’   que habitó hace más de 400.000 años en la sierra burgalesa.

El fémur 13 con ADN. |Nature

El fémur 13 con ADN. |Nature

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Un dinosaurio acorazado entre el carbón


Recreación del 'Europelta carbonensis' de Ariño.

Recreación del ‘Europelta carbonensis’ de Ariño.

ROSA M. TRISTÁN

Un dinosaurio acorazado, el más antiguo de su género en Europa, el más completo hallado hasta ahora, el hallazgo más espectacular del Jurásico de los últimos tiempos en el continente. Se trata del ‘Europelta carbonensis’, un anquilosauro que vivió hace entre 110 y 113 millones de años y que murió en donde hoy se encuenra la gran mina a cielo abierto de carbón de Ariño (en Teruel). Ayer, la plana mayor científica de Dinópolis, rodeada de autoridades, presentó al nuevo miembro de su familia, un reptil prehistórico que pone de manifiesto las muchas sorpresas que aún esconden las tierras aragonesas para la ciencia.

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Las bases españolas en la Antártida, bajo mínimos


ROSA M. TRISTÁN (El Huffington Post, 27/11/ 2013)

La campaña científica que desde hace un cuarto de siglo España desarrolla en la Antártida sufrirá este año un recorte sin precedentes desde que firmara el Tratado Antártico. Por primera vez desde 1988, ningún buque oceanográfico español irá al continente blanco a llevar a los investigadores, sólo serán 18 entre las dos bases y no podrán estar más de un mes, frente a los tres y casi cuatro que se han quedado en otras temporadas.

El responsable del Comité Científico de Investigación Antártida (SCAR), el español Jerónimo López, ya ha alertado del peligro de «perder el tren» en un lugar en el que España ocupa un puesto relevante a nivel científico que ha costado mucho conseguir: entre los 10 primeros por la cantidad de sus publicaciones.

Seguir leyendo en este link: http://www.huffingtonpost.es/2013/11/27/antartida-crisis_n_4342285.html?utm_hp_ref=es-ciencia-y-tecnologia

antartida