Vacaciones científicas: sí, o también


SI, o también. Vacaciones en agosto, unos desde hoy mismo, otros en unos días…. El caso es que 11.500 trabajadores deben dejar las instalaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) porque, un año más, cierra sus puertas una quincena en agosto para ahorrar. Hasta el gabinete de prensa se traslada a un móvil, que alguien contestará desde casa.

Genial Forges

Difícil es que así logren cuadrar las cuentas de un organismo al que le siguen faltando 25 millones de euros después de la reunión de este miércoles (31 de julio) entre una decena de directores del CSIC y la secretaria de Estado Carmen Vela. Fue un encuentro en el que esta última no se comprometió a aportar esa ‘desorbitada’ cantidad a lo ya prometido, a saber, los 50 millones que deberían ingresarse en otoño. «La cantidad se ajustará a las necesidades del CSIC», dijo. ¿Para qué pillarse los dedos con algo que igual no puede cumplir? Más fácil es adelantar el pago de algo que se ya debe (los 44 millones para proyectos que tenían pendientes de pagar).

Mientras este encuentro tenía lugar, en respuesta a la carta que  firmaron 100 directores de un total de 126 en defensa de la ciencia y en contra del ‘corralito’ que les ha dejado sin dinero para sus proyectos, los científicos iban dejando sus laboratorios con indignación mal disimulada. «Yo me voy a excavar, tengo donde ir, porque aquí cierran los despachos hasta mediados de mes; sólo quedan abiertas las exposiciones. Pero otros tendrán que irse a casa, aunque tengan proyectos por terminar», me explicaba un investigador el Museo Nacional de Ciencias Naturales». Incluso en los centros mixtos deben cerrar dos semanas en agosto. «Nunca había visto un intento de asfixia como éste», reconocía en Materia.es un biólogo el CIB.

La diferencia con el año pasado es que ahora, por fin, los investigadores comienzan a moverse para evitar el cataclismo que anunciaba su presidente, Emilio Lora-Tamayo hace unas semanas: convocaron la mayor manifestación de investigadores de la Historia, se han organizado en torno a la Carta por la Ciencia e InvestigAcción, acuden a las asambleas, han lanzado una recogida de firmas que ya ha logrado más de 250.000 adhesiones (esta semana las entregaron en el Ministerio de Economia), incluso  llevan sus quejas a actos públicos, a modo de ‘escrache’ científico a los responsables, algo impensable hace sólo unos meses, cuando los presupuestos para este año ha hacían prever la debacle tras unos años de penuria.  

Y eso es bueno, aunque las causas sean funestas:  tanto la falta de presupuesto como que encima se repartan gratificaciones, como aquí se denunció. Lo es porque, desgraciadamente, es el único modo de que su cruda realidad llegue a una sociedad con escasa cultura científica, la fórmula más efectiva para que todos seamos conscientes de situaciones tan graves como la que supone un recorte de casi 70 profesionales en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológica (CNIO) por falta de dinero, como ya ocurrió con el Centro  Príncipe Felipe de Valencia. Ese nuevo ERE, que afecta a los trabajos que luchan contra el cáncer, se anuncia justo un día ante de que el Presidente del Gobierno, en una comparecencia para no recordar, asegure que la economía española va a mejor, que el paro cae en 300.000 personas. Y lo dice cuando lo que le pedían era hablar de Bárcenas, y tal.

Pero claro, los 300.000 de Rajoy serán entre los camareros de las terrazas veraniegas, las ferias, los chiringuitos playeros, los que trabajan en los hoteles y campings… porque desde luego entre el empleo fijo y cualificado, como es el de los científicos y los técnicos, no es así: hoy EL PAIS nos habla del ERE encubierto en el CSIC de 1.346 personas (sin contar becarios) desde finales de 2011, un 10% de la plantilla.

Si se cuentan los despidos desde hace dos años dos años resulta que ¡ascienden a 2.000! (según las cuentas que me llegan por otro lado, muy fiables) y casi todos de personal laboral temporal y personal que estaba en formación (a través de programas como Ramón y Cajal o Juan de la Cierva). Ah, y eso sin contar a los becarios..

Así que nada, comienzan las vacaciones.  Los directores del CSIC se van ‘moderadamente satisfechos’. Los investigadores se van ‘forzados’ (al menos los que preferirían no irse ahora), los empleados temporales que aún quedan se van sin saber si serán los siguientes en caer. Y los responsables del Gobierno en estos asuntos se van también a descansar…. pero volverán. Y entonces ver qué pasa.

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  2. Los cientificos somos una inmesa molestia para las derechas. ¿Por que se cerro España a Galileo en 1600?
    Los cientificos usamos la duda sistematica: ¿Y si Rajoy ha organizado el robo?
    Y eso es peligrosisimo. Asi que a cerrar.

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