‘Indignación comedida’ y ‘resignación’. Es lo que algunas fuentes indican que hay entre los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) tras conocer que sus ahorros han sido requisados y que las cuentas no cuadran para garantizar el futuro de la institución. Bien, pues ni lo uno ni lo otro hay en los correos que me van llegando desde diferentes centros. Lo que si hay es un monumental ‘cabreo’ (siento la palabra malsonante, pero es literal) porque les han hipotecado el futuro (y esa hipoteca nos afecta a todos los que pensamos que la ciencia es importante para que una sociedad prospere).