Hace casi un año, al poco de inaugurarse este blog, escribía sobre lo absurdo que era considerar a la Ciencia el ‘motor del desarrollo’ y llevarla al desguace. Pues bien, parece que estamos a punto de conseguirlo, y no hay más que ver la situación en la que se encuentra la mayor institución científica del país: el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la que trabajan 15.000 científicos y otros empleados.
El verano pasado, el CSIC ya tuvo que suspender pagos y cerrar centros para sobrevivir. Este, ha echado mano de los ‘ahorros’ de los grupos de investigación. Lo que tenían guardado anterior a enero de 2012, se ‘socializa’ entre todos los centros y lo posterior, se deja bajo control del gasto imprescindible, a modo de corralito. En definitiva, investigar en España será una heroicidad a partir de ahora, aún más de lo que venía siendo.
El resumen de la comparecencia del presidente del CSIC, Emilio Lora-Tamayo, es brutal. Menuda papeleta tiene el hombre, nombrado para el cargo por un Gobierno que no hace ni caso a sus peticiones, como él mismo reconoce: donde pidió 100 millones de euros y 50 millones adicionales en créditos para llegar a finales de este año, le prometen como mucho 75 millones, y en dos fases: la primera de 25 millones y el resto dicen que para el otoño. ¿Suficiente para sobrevivir? Pues no, según sus propias palabras… «En octubre ,o llega el crédito, o no habrá nada», reconoce en una intervención con pocos ‘paños calientes’.
Encima, aún siendo poco, sigue siendo una entelequia porque, aunque para el resto de la Humanidad el verano comenzó el 21 de junio, y ya se ha aprobado el Real Decreto, a 4 de julio aún no ha visto un euro de esa cantidad: esos 25 millones forman parte de los 104 que Montoro prometió destinar a la Ciencia en mayo, pero no han sido aún aprobados en Consejo de Ministros... Y a estas alturas ¿extrañaría una promesa más incumplida de este Gobierno?
Tampoco sería la única en esta materia. De hecho, la convocatoria de ayudas a proyectos del Plan Nacional de Investigación para 2013 sigue sin convocarse (¿recordáis la otra promesa de hacerlo antes de mayo?) cuando solía hacerse en diciembre y el propio presidente del CSIC duda mucho de que a este paso se resuelva durante el presente año. ¿Y entonces la del 2014? ¿Se lanzará antes de fin de 2013? «Nadie dice que no», afirma Lora-Tamayo a la pregunta del millón. Pero que sí tampoco lo dice nadie, que es un modo muy gallego de no comprometerse.
Si de fondos anda fatal (incluso se ha puesto en duda la supervivencia del CSIC por este asunto), de personal no está mucho mejor. Al parecer, el Gobierno destina a esta institución cinco míseras plazas en su oferta pública para investigadores titulares (muy lejos del 10% de las salidas por jubilaciones u otras razones, por cierto, otra promesa) y ofrece 29 contratos Ramón y Cajal (que deben ser cofinanciados por los centros, con no se sabe qué dinero si les dejan sin ahorros), más una treintena de ‘reserva’; 42 contratos Juan de la Cierva (para jóvenes doctores) de los 418 solicitados; y 42 técnicos titulados de los 120 que se habían pedido.
¿Pero para qué sirve el CSIC?, podría preguntarse alguien tal como andan las cosas. Pues la respuesta está en la misma intervención, donde se explica que el 40% de las patentes de los últimos 12 meses son fruto del trabajo en este organismo, que ha logrado también más de 4.330 contratos con industrias de todo tipo y ha contado con expertos en los hitos científicos más importantes acaecidos en el mundo, como los trabajos sobre el Bosón Higgs o la llegada del Curiosity a Marte.
Sorprende (¿o no?, porque ya no nos sorprendemos por nada) que la salida a la calle de miles de investigadores, el pasado 14 de junio, única en la Historia, no mereciera ninguna declaración pública de ningún alto cargo de este país. Que la Carta por la Ciencia quedara pegada en una valla porque nadie quiso recibirles (a saber dónde acabó ese sobre, sin dinero, pero con más de 40.000 firmas). Que se sigan repartiendo gratificaciones, como denuncian los sindicatos y asociaciones.
Y sorprende la necedad de unos responsables políticos que siguen empeñados en proteger a unos pocos adinerados (incluso les rebajan los impuestos de los yates), que hacen la ola a quienes tienen ganancias millonarias tras ser rescatados, que proyectan aeropuertos para ejecutivos con dinero público, y mientras cumplen al dedillo recortes que vienen muy bien a quienes los promueven.
Porque ¿adónde se están yendo muchos de los científicos que aquí no pueden trabajar? Pues a Alemania, como me contaba hace escasos días una guía de este país mientras visitaba los alrededores del parque científico de Lund, al norte del país. Qué envidia sentí cuando dijo al micrófono del autobús, como de pasada: «Y en esta zona desmantelamos los astilleros, pero ahora la estamos reconvirtiendo en un área para la ciencia, y para las energías renovables porque estamos convencidos de que sólo así saldremos adelante».
Sorprende (como no) que la sociedad española no se tome más en serio lo que supone dejar de investigar y crea que es cosa de cuatro gatos…
El CSIC se hunde. No hay más que ver el vídeo completo. Como también lo hacen las universidades…
Ahora que lo pienso, si hace un año era una pregunta, hoy es una certeza: El motor que era la Ciencia está en el desguace. Lo malo es que ni siquiera sabemos que sin motor, en el siglo XXI, ya no es posible hacer nada.
Pingback: Aumenta la lista de investigadores ‘en el exilio científico’: Buceta, uno más | Laboratorio para Sapiens
Pingback: La noche del ‘entierro’ de la Ciencia | Laboratorio para Sapiens
Pingback: África ‘estuvo’ a las afueras de Madrid | Laboratorio para Sapiens
Pingback: Vacaciones científicas: o sí, o también | Laboratorio para Sapiens
Pingback: La crisis impulsa un ‘Laboratorio para Sapiens’ | Laboratorio para Sapiens
Pingback: Las cuentas no cuadran en el CSIC | Laboratorio para Sapiens
Pingback: Los científicos: ¿Es legal el ‘corralito’ del CSIC? | Laboratorio para Sapiens
La ciencia (que es cosa distinta a la técnica) es más que el pilar sobre el que se elevan los rascacielos: la ciencia es el terreno sobre el que se apoya el pilar.
Sin ciencia perderemos los fundamentos, perderemos conocimiento, perderemos la libertad.
Como en todas partes, claro que hay inútiles, claro, y mamones (que maman), claro, y enchufaos, claro…, pero mucho ojo con entrar al discurso pobre de desprestigio a la ciencia: perderíamos los fundamentos de la libertad.
NOTA: No soy científico ni vivo de ello.
Me gustaMe gusta
Porque no se elimina el Senado que no sirve para nada?. Porque tenemos tantos diputados? .
Me gustaMe gusta
Pingback: El CSIC: 15.000 científicos en un corralito sin salida | disenso noticias
Pingback: El CSIC: 15.000 científicos en un corral...
¿Pero para qué sirve el chiringuito del CSIC y del rollo guay de la ciencia?
PARA NADA. Lo mismo que el nefasto sistema universitario. En Españistán quien no tiene padrino no se confiesa, da igual el esfuerzo que hayas realizado o las titulaciones que tengas, … así que mejor que arda todo.
Me gustaMe gusta
hey, ¿y lo mio? ¿qué hay de lo mio? ¿eh?
Me gustaMe gusta
La ciencia en américa crea dinero. La ciencia en España no. Incluso si se acabara la crisis, y España viviera como Dinamarca, seguirían los calienta sillas en centros como el CSIC.
Los científicos en USA cobran, y mucho, por su trabajo. Cuánto cobran aquí?
A mi me han dicho que lo que yo hago no lo puede hacer nadie, pero no me hacen un contrato… por qué? El CSIC cierra por su calidad.
Me gustaMe gusta
La Ciencia no nos sacará de la crisis. Soy científico. Pero no es cosa de innovación o ciencia… todo este sistema económico se está yendo al garete. Tras el pico del petróleo, las previsiones de consumo de hidrocarburos que hacen las mismas empresas extractoras son de no-crecimiento en el consumo. Entre eso, y que las energías renovables también son petrodependientes, la era del crecimiento económico se ha acabado. Y cuando el sistema no crece a base de arrasar el medio ambiente, lo que hace es exprimir lo público y las clases bajas, para seguir acumulando capital.
Parece mentira, que cuando era pequeño la Ciencia estaba para aprender y enseñar, para descubrir cosas, y eso era un valor en sí mismo, no un valor monetarizable, pero sí algo valiosísimo… Y todavía disfruto y veo disfrutar con los descubrimientos. Pero luego, al defender la ciencia, se nos llena la boca de los mismos discursos neoliberales que han causado este saqueo a la ciencia española.
La Ciencia puede ser superútil para ayudar a la transición a un modelo económico post-carbono, y sin embargo eso nos lo dejamos en el tintero, no vayamos a morder la mano de nuestro amo.
No veo el día en el que la Ciencia en bloque se levante…
Me gustaMe gusta
Recuerda que también existen los investigadores «marmota» (es decir, los que no dan un palo al agua y son funcionarios escogidos a dedo). El centro donde trabajo (de momento), hay unos cuantos, que solo calientan la silla donde se sientan. Son a estos a los que se debería reducir la paga por falta de logros realizados.
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en Χώρος του χρήστη Ioannhs.
Me gustaMe gusta
QUE VERGÜENZA…
Me gustaMe gusta
«Sorprende (¿o no?, porque ya no nos sorprendemos por nada) que la salida a la calle de miles de investigadores, el pasado 14 de junio, única en la Historia, no…»
Entiendo que hay que ser tan viejo como somos algunos para que quede claro que, la manifestación mencionada, no ha sido única en la Historia. Pocas, sí que es cierto pero no única. Les recuerdo que muchos nos echamos a la calle por la calle Alcalá (delate del antiguo MEC) para, finalmente, conseguir que se aprobase el programa Ramón y Cajal. Efectivamente, los más viejos llevamos muchas «manifas» a las espaldas (con escaso resultado, ciertamente).
Me gustaMe gusta
Existe una «cosa» que se llama dimisión, que es muy útil cuando no puedes hacer más. Pero llorar siendo Presidente del CSIC y cobrando «bufandas» pues mas bien no, ¿verdad?
Me gustaMe gusta
Es sería actuar con responsabilidad
Me gustaMe gusta
Pingback: El CSIC: 15.000 científicos en un corralito sin salida