
Reportaje Parque de las Ciencias de G
El pasado 27 de septiembre, en ESCUELA, publiqué un reportaje en el que se diseccionan las posibilidades que ofrece el Parque de las Ciencias de Granada para los docentes de toda España que, a pesar de los recorte en Educación, y la desesperanza que generan, aún buscan alternativas atractivas para que sus alumnos se acerquen a la ciencias.
Este año, el museo granadino prepara, además, una gran exposición sobre el cerebro, que se suma a las otras que se analizan en este reportaje, especialmente aquellas que salen de los muros de sus instalaciones para acercarse a los colegios. A continuación el texto del reportaje completo:
EL PARQUE DE LAS CIENCIAS DE GRANADA, UN CRUCE DE CAMINOS ENTRE EL PASADO Y EL FUTURO
ROSA M. TRISTÁN
GRANADA.- Cuando hace 520 años los árabes salieron de Granada no sólo dejaron una ciudad con un gran patrimonio artístico. Su legado científico estaba en cada una de las actividades cotidianas de sus habitantes. En su medicina, en la observación de las estrellas, en el cultivo de los campos… Hoy una pequeña muestra de esa inmensa herencia se encuentra en el Parque de las Ciencias de Granada, un complejo de 70.000 metros cuadrados que desde 1995 no ha dejado de crecer… y se ha convertido en un paraíso de conocimiento, especialmente para los niños y jóvenes.
Nada más entrar en el complejo, lo primero que salta a la vista es el gigantesco edificio bautizado como Macroscopio, que se extiende cómo una mano gigantesca, abierta a todo lo innovador que ofrece la especie humana. Un pequeño robot articulado es el encargado de recibir a los visitantes siguiéndoles con la mirada mientras les saluda… Todos se enganchan a un personaje que parece haber viajado del futuro a ese enclave andalusí, situado a los pies de Sierra Nevada.
Hasta que se inauguró el Macroscopio, en el año 2008, el Parque de las Ciencias ya había acumulado casi medio millón de visitantes, muchos de ellos de colegios e institutos que visitaban su mariposario, el planetario, el Observatorio Astronómico y las exposiciones sobre la biosfera o la dedicada a la exploración de los sentidos que permanece abierta en su edificio Péndulo de Foucault.

Panorámica Parque de las Ciencias de Granada
Pero fue con esta ampliación, abierta a bombo y platillo con presencia de los Príncipes, cuando la denominación de ‘parque’ adquirió todo su sentido: una vez en el complejo es necesario llevar bien pensada y marcada la ruta a seguir para no perderse en lo que es un tupido ‘bosque’ de alternativas científicas que cambian cada temporada.
MARTES PARA PROFESORES
“Desde los inicios quisimos que el Parque de las Ciencias de Granada no fuera únicamente un espacio lúdico al que los niños y los jóvenes vienen como si fuera una excursión festiva. El público mayoritario siguen siendo familias, pero tenemos muchísimos escolares y el Parque, ahora mismo, funciona como un recurso educativo más para los colegios, porque nuestro objetivo es colaborar con los docentes tanto dentro de estas paredes como fuera”. Quien así habla es la responsable del área educativa del Parque, Paz Posse, responsable de buena parte de ese puente tendido más allá de la puerta de entrada. “En estos momentos, a través de nuestra página web, cualquier profesor de España puede planificar y solicitar una reserva sin problemas. Se lo ponemos muy fácil”, asegura.
Con el ánimo de que las visitas fluyan sin sobresaltos, desde la dirección del museo organizan desde hace años los llamados ‘Martes del profesorado’, unos talleres a los que pueden acudir los docentes para conocer todo el contenido del Parque y, de este modo, preparar las visitas en función del temario que quiera trabajar en el recorrido. Es una de las muchas iniciativas innovadoras que han puesto en marcha, por la que han pasado miles de profesionales.
Entre las novedades que ya les adelantan para el nuevo curso, está una gran exposición que se abrirá el próximo mes de octubre con el sugerente título de “Cerebro. Viaje al interior”. Realizada en colaboración con el Museo de Historia Natural Americano, esta muestra se anuncia ya como un sugerente recorrido interactivo por las últimas investigaciones de la neurociencia, una de las áreas en las que más se ha avanzado desde inicios del siglo XXI.
Como todas las exposiciones que organizan, irá acompañada de talleres para que los chavales consigan entender, de forma amena e interactiva, los mecanismos que permiten la transmisión neuronal de mensajes, las ilusiones que es capaz de generar la magia o la capacidad de superar traumas y enfermedades a lo largo de la vida.
Este tipo de actividades interactivas es uno de los grandes atractivos del Parque de las Ciencias y, de hecho, más de 700.000 escolares han participado en alguno de los talleres organizados en el curso 2010-2011, como refleja su última memoria. Del último periodo aún no tienen datos disponibles.
Así pues, Posse recomienda ir con el menú elegido y aprendido en uno de esos entretenidos martes previos a la visita, si la cercanía geográfica lo permite. “Hay que tener en cuenta que los talleres para los escolares suelen tener horarios y plazas determinadas y , además, que es muy complicado ver todo el complejo en una única jornada, sobre todo para quienes vienen de lejos y no disponen de más tiempo. Es mejor no estresar a los niños tratando de enseñarles todo y organizarse”, reconoce.
UN VIAJE POR EL CUERPO HUMANO
A la espera de la anunciada muestra sobre el cerebro, de las exposiciones permanentes en el Macroscopio, sorprende especialmente el pabellón dedicado al cuerpo humano que es, como reconocen los responsables del museo, el que más éxito tiene entre el público. Enfocado también de forma interactiva, el pabellón permite a los visitantes encontrar respuestas a cuestiones tan curiosas como cuánto agua tiene su propio organismo, comparar el corazón humano con el de una ballena o entender por qué una digestión puede ser muy pesada, siguiendo paso a paso el recorrido de los alimentos.
Tocar botones que hace fluir la sangre por 100.000 kilómetros de venas o hacer la autopsia a un cuerpo plastificado son algunos de las experiencias por las que todos los escolares quieren pasar. “No es igual que ver un hígado en fotos en los libros que tocar uno que parece de verdad ”, comenta Rocío, una joven visitante de 12 años, mientras intenta colocarlo en su lugar.
La versión más global de la vida se puede conocer en otro edificio, el Péndulo de Foucault, donde se encuentra la sala ‘Biosfera’, dedicada al conocimiento de la Tierra y los cambios que ha experimentado desde que dejó de ser una bola de fuego desprendida del Sol.
Otras ofertas interesantes del mismo espacio son la sala ‘Percepción’, un lugar donde aprender con luces y sonidos sobre los sentidos; ‘Eureka’, una muestra especialmente atractiva para quienes quieran explicar los misterios de la Física con un montón de artilugios mecánicos; o el Planetario, donde han incluido en su programación, en general dedicada al Cosmos, una interesante película sobre la obra del artista holandés M. C. Escher.
Y no se puede pasar por alto un pabellón entero dedicado a la prevención de riesgos para la salud, desde grandes desastres naturales, como terremotos o inundaciones, hasta accidentes de coches, mucho más cotidianos. Ni el siempre fascinante mundo de las rapaces en vuelo, un taller que atrae como un imán.
ASÓMATE A LA CIENCIA SIN SALIR DEL COLEGIO
Pero si de puertas para adentro, el conocimiento científico va calando en las mentes sin esfuerzo, es de puertas para afuera donde el Parque reserva algunas innovadoras ofertas destinadas a los centros educativos de todo el país, y especialmente andaluces. “Yo procuro traerles todos los años al museo pero, además, en mi instituto hemos participado en algunas de las actividades que nos ofrecen para los centros, y han sido un éxito rotundo. A ver si podemos seguir haciéndolas pese a los recortes de este año”, apunta Luis Gómez, profesor de Secundaria de un instituto gran
Claro que dejaron un gran patrimonio artístico!. Faltaba una palabra que aclara el asunto, y que ya está corregida. Gracias
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