Los primeros tecnólogos, los bosquimanos


Mujer bosquimana y su hijo en los suburbios de Namibia.|Rosa M. Tristán

Mujer bosquimana y su hijo en los suburbios de Namibia.|Rosa M. Tristán

Los hallazgos de unos sofisticados utensilios de hace 44.000 años en un yacimiento sudafricano no sólo traslada de continente el origen de la tecnología propia de los humanos modernos, sino que confirma que los cazadores y recolectores bosquimanos podrían ser nuestros más evidentes antepasados directos, unos abuelos cuya cultura ha sido confinada a reservas en Bostswana o masacrada por falta de territorio en Namibia y el norte de Sudáfrica.

La revisa americana PNAS acaba de publicar que el equipo de Francesco d’Errico y Lucinda Blackwell ha localizado en la sudafricana Border Cave (Cueva de la Frontera) en KwalaZulu-Natal, la tierra de los guerreros zulúes, herramientas de factura humana que sólo se conocían en Europa de épocas más recientes.

FLECHAS ENVENENADAS

Los habitantes de aquella caverna utilizaron palos para cavar la tierra a los que adherían piedras, se adornaban con cuentas hechas con huevos de avestruz y huesos taladrados, envenenaban sus flechas con hierbas e incluso utilizaban la cera de las abejas con resinas de ‘Euphorbia’ para pegar las puntas de las flechas.

Utensilios y adornos encontrados en Border Cave

Utensilios y adornos encontrados en Border Cave

Lo más sorprendente no es sólo la sofisticación que suponen las piezas, sino que durante 44.000 años se hayan seguido utilizando los mismos venenos, idénticos recipientes para su transporte (unos palos decorados con incisiones) e incluso el mismo proceso para diseñar las armas de caza. Y han sido los san (los bosquimanos) quienes lo han hecho, lo que retrasa la aparición de su cultura en casi 25.000 años.
La genética ya nos hablaba de ese pasado sudafricano. El genoma del anciano  bosquimano Gubi, publicado en ‘Nature’ en 2010, ya nos dijo que la diversidad de su ADN era la mucho mayor que la de los euroasiáticos. Si unos pocos humanos modernos fueron los que salieron de África hace unos 80.000 años, tenía su explicación que nuestra diversidad fuera menor que en el origen de la especie. Además, se ha concluido que su lenguaje con ‘clicks’ es el más antiguo del planeta.

Y, por otro lado, otros hallazgos en la misma zona apuntan que al sur de ese continente los humanos andaban desde tiempo atrás muy creativos: hace 100.000 años ya se decoraban pintándose el cuerpo, hace 70.000 dormían sobre colchones rellenos con plantas que tienen efecto insecticida y hace unos 72.000 tallaban piedras con el fuego.
Hoy, sin embargo, menos de 100.000 san quedan al sur de África. Sólo en Sudáfrica conservan parte de sus territorios, pero son excepción los que viven como lo hicieron sus padres. En unas décadas han sido prácticamene expulsados del Kalahari (Bostwana), país que si permite construir complejos turísticos de lujo en esa reserva; y en Namibia, malviven en los suburbios de las ciudades, alcoholizados, fuera de sitio,denuncia Survival Internacional .

La cultura que duró más de 44.000 años, la biodiversidad humana que representan, su  conocimiento del medio como pioneros de nuestra propia especie… Si no los cuidamos, podrían tener los días contados. Otra pérdida irrecuperable.

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